ESTAMOS MATANDO AL FÚTBOL DE ASCENSO

- Horarios extraños más allá de los partidos televisados.
- Partidos sin público visitante o a puertas cerradas.
- Deudas millonarias impagables para la mayoría.
- Operativos de seguridad (seguridad?) que superan en costo a las recaudacuiones.
- Aprietes constantes a técnicos y jugadores.
- Clubes politizados y dirigentes que buscan su rédito político.
- Gerenciamientos poco claros que van y vienen.
- Sanciones duras y poco equitativas.
Estas son algunas de las razones que podemos enumerar y que perjudican seriamente al fútbol de ascenso.

Ya quedó atrás aquella costumbre de ir a la cancha del barrio a ver el partido los sábados por la tarde. Aquellas tardes, miles de futboleros se repartían entre las muchas ofertas que brindaba el ascenso.
Con la llegada de la TV se jerarquizó, en cierta forma, a las principales categorías. Todo bien, salvo por algunos días y horarios distintos a los acostumbrados en aquellos partidos televisados el grueso de los encuentros se jugaban el sábado por la tarde.
Pero llegaron los organismos de seguridad y medidas impuestas muy raras de entender. Según los responsables era imposible controlar tantos partidos y tanta gente en un mismo día y en zonas cercanas.
Así aparecieron los encuentros del ascenso los jueves y viernes a la noche, sábadps o domingo de mañana o en horarios de primera división; lunes de mañana y, por qué no, el resto de los días y en horarios laborables. Ni hablemos si la fecha se juega entre semana o se postergan algunos partidos.
Si tenemos en cuenta que en el fútbol de ascenso los profesionales son la "B Nacional" y la "Primera B" donde algunos jugadores pueden vivir de ésto, el resto de los integrantes de los planteles trabajan en otra cosa como cualquier mortal en este bendito país; y mucho más los jugadores de la "C" y la "D".
Lo justo sería, desde mi punto de vista, que si hay superposición de partidos un mismo día los profesionales jugaran los días laborables y los feriados aquellos que no lo son. pero en el reino del revés de la AFA, los que menos lo necesitan tienen que jugar en los mejores horarios y aquellos que dependen de magras recaudaciones para pagar la luz aunque sea, lo hacen en horarios donde nadie puede concurrir a verlos.
A esto debemos sumarle la imposibildad de ir público visitante a las canchas.
Es cierto que por los hechos de violencia se impulsó esta medida, pero también es cierto que ni los organismos de seguridad ni los dirigentes trabajaron seriamente para solucionar este tema. Cuesta creer que 20 o 30 delincuentes enquistados en algunas hinchadas puedan dominar a grandes masas, y más cuesta creer que el  resto de los verdaderos hinchas de fútbol y quienes manejan los clubes no los denuncien ni los pongan en evidencia ante actos delictivos que siguen ocurriendo; por el contrario, en ciertos casos les brindan protección.

Entonces, la pregunta es: ¿Qué intereses se manejan entre delicuentes y directivos? ¿Quién brinda el dinero para estos indeseables? ¿ Y la impunidad quién se las dá?. porque seguramente gratis no van a hacer desmanes o aprietes. Conclusión: El miedo impera y hace que los intérpretes (jugadores y dirigentes) lo sufran. Mucho más los verdaderos hinchas. Quienes no lo sufren son los que avalan dichos procedimientos.
Ahora, si los principales y más graves hechos de violencia se dieron en la primera división, ¿Por qué solo en el ascenso no puede concurrir el público visitante?. Aun no encontré la respuesta.
Si hablamos de los operativos de seguridad (o inseguridad según se lo mire) vemos, en ciertos partidos, tantos policías como público hay en las gradas. Lo más insólito fue en un partido en el Estadio Ciudad de Caseros entre Estudiantes y Dep. Español con casi 100 efectivos y la policía montada (caballos incluídos) presentes. Sorprendido pregunté por semejante despliegue, ya que la hinchada pincha se caracteriza por su buen comportamiento en los últimos años, y el comentario fue que se dispuso desde el organismo de seguridad por los problemas internos que tenía Español. ¿No es que los visitantes no van?. Además, a los jugadores del "gallego" los apretaron cuando llegaron a su estadio y ya no había seguridad para protegerlos.
El pobre equino sufrió toda la tarde por soportar a un "inefectivo" de más de 120 kg. en su lomo y el costo de este operativo superó la recaudación. A mí las cuentas no me cierran. Ni mencionemos como son os operativos en los "clásicos".
Como los ingresos son pocos, aparecen otras formas de financiamiento para los clubes: La política, empresas "raras" que ponen dinero, grupos empresarios, entre otros, dispuestos a hacer aportes para el bien de la institución. Pero el dinero no se obsequia, se debe recuperar. Y vienen los "gerenciadores", que, salvo algunos casos (Dep Merlo, UAI-Urquiza, entre otros) no se hacen cargo de los pasivos ni del club sino que arma un grupo y, según se den los resultados, "nos quedamos o nos vamos". Esta falta de continuidad hizo que clubes armados para pelear el campeonato terminen en convocatoria de acreedores y abajo de mitad de tabla.
Falta mencionar las sanciones. Ante la gravedad de un hecho similar en primera división y en la "B", por ejemplo, San Lorenzo-Velez y San Telmo-Flandria, a los de la "B" se los manda a jugar a puertas cerradas, a 60 km de distancia o le aplican el reglamento de penas -que realmente existe- de pérdida de puntos. Varios equipos del ascenso descendieron o perdieron campeonatos por esta medida. De primera, vaya casualidad, ninguno.
Podríamos enumerar 100 razones más, pero para dar vuelta la historia se podría comenzar por arreglar los horarios y permitir concurrir a los visitantes (gradualmente si se quiere, para medir comportamiento). No es justo que a todos se los mida con la misma vara.
El ascenso necesita del color y el calor de ambas parcialidades. y todos tienen derecho a ver a su equipo.
Grondona dijo en una nota a una revista amiga: "No hay que pedir la vuelta de los visitantes, sino demostrar que se puede volver". Sí, don Julio (así le gusta que le digan), varios ya lo demostraron. Es hora de probar o, al menos, medir de la misma manera a todos