Nuestro camino recorrido.....

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Tres de Febrero, Prov. Buenos Aires, Argentina
Nacimos hace 32 años por la pasión que nos unió con el fútbol de ascenso. Fue un largo camino recorrido donde no todas fueron buenas, pero le hicimos frente a las adversidades y seguimos en el aire. En nuestro espacio vas a encontar a todos los que comparten esta extraña pasión pero no verás jamás a aquellos "personajes" que se creen dueños de instituciones y utilizan métodos antisociales para creerse importantes ni a sus "padrinos", que los usan para determinados fines y luego no saben como manejarlos. Para aquellos que lejos están del "glamour" de la primera división y del dinero de "fútbol para todos"; para aquellos clubes pobres de corazón grande; para los que semana tras semana dejan cosas suyas para seguir sanamente los colores de su alma y para todos los que se identifican con el "viejo fútbol de los sábados"......Sí, para ellos, va dedicado nuestro programa radial y, ahora, nuestro blog. Gracias.

lunes, 16 de mayo de 2011

INSÓLITAMENTE ABSURDO

-Un "barra" va a tu lugar de trabajo.
-El "barra" hostiga constantemente a tus dirigidos y a vos DT.
-Como no le llevan el apunte, empieza a insultar.
-Vos, DT, cansado y hastiado de los insultos, reaccionás y contestás insultando también.
-El "barra" se siente ofendido.
-Lo hechan del lugar y acciona legalmente contra el agredido DT.
-Los "iluminados" jueces dictan sentencia.
¿Qué se puede inferir si sumamos los puntos anteriores?. No, no es lo que imagina sobre desestimar la causa como haría todo Juez de bien.
Resultado: Usted, DT agredido e insultado, debe pagarle al barra agresor una indemnización de $10,000.
Sí, amigos lectores. Este fútbol argentino y todo lo que rodea al mismo, me hace acordar aquel tema de María Elena Walsh "El Mundo del Revés".
Los puntos antes narrados son reales. Ocurrieron en Córdoba cuando un conocido "barra" de Instituto, Fabián Gaitan, le inició acciones legales al técnico, Claudio Vivas, por calumnias e injurias. Este señor (¿señor?) concurría a los entrenamientos que el plantel realiza en el predio La Agustina, con el objetivo de increpar e insultar a algunos jugadores y al conductor del equipo.
Vivas, cansado de la situación, respondió a los insultos y lo hechó del lugar. Gaitán se consideró ofendido y agraviado, denunció lo acontecido como "víctima", e inició un juicio por calumnias e injurias contra el técnico.
Fabián Gaitán, en rueda de prensa, manifestó que no es un "barra", que hace tiempo concurre a los entrenamientos y que se acercó con respeto". Algunos testigos dicen lo contrario.
Al parecer, el único que creyó esta historia de un solo lado, fue el juez. Falló en tiempo record y, sin citar al imputado ni a testigos, tampoco notificando a Vivas del oficio en su contra, dictaminó que el primer "agredido" tenga que pagarle una indemnización al primer "agresor" porque solo entendió la historia al revés. La suma impuesta es de $10,000.
Lo insólito, además de la magra suma que recibiría el "barra", es la cantidad de irregularidades que se sucedieron en este caso. Peor aún, que un trabajador del fútbol tenga que soportar a un inadaptado y deba pagarle por ser insultado.
¿Qué pensaba Gaitán que le iba a responder Vivas?: "Volverán las oscuras golondrinas....." o "Tus palabras son como un cuchillo en mi humanidad". No, Claudio Vivas reaccionó como cualquiera de nosotros y le hizo acordar a este hombre de su madre, su tía y su hermana, tal como Gaitán lo hizo antes con él.
Responsables hay muchos seguramente. Desde aquellos que permitieron el ingreso al predio hasta quienes no enviaron oficios en la justicia. Culpables, parece que solo uno: El señor Claudio Vivas.
Las autoridades de Instituto, con el presidente Barrera a la cabeza, los jugadores y varios socios, apoyan al DT. Ya se presentó la apelación correspondiente. Parece que el tema irá para largo.
Repito: Lo insólito no es el monto de la indemnización, irrisorio por el dinero que se maneja en el fútbol, sino la forma en que ocurrieron los hechos. Así no avanzamos. Cada vez estamos más hundidos, en el fútbol y en la sociedad de nuestro país.
    
                      Alfredo Nicolás Armiento

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