llegó la hinchada, esa hinchada
que dice presente............"
De esta manera muchos hinchas de fútbol hacen su ingreso a la tribuna desde la que, consideran, van a alentar al equipo de sus amores.
Pero ya quedó atrás esa pasión que se ponía en un canto mientras se desarrollaba el partido y todo cambió hacia los "negociados" y "arreglos" que estos individuos, disfrazados de hinchas, proponen.
La política en general y la partidaria, la falta de respeto y la delincuencia se fueron mezclando con el colorido y el folklore de nuestro fútbol. Los más perjudicados por esta rara conjunción son, precisamente, los clubes.
Chacarita Juniors, equipo que recaló en San Martín hace muchos años, supo captar el gusto futbolero de la zona y tiene hoy una de las hinchadas más numerosas en nuestro fútbol. Pero esa mezcla que antes mencionamos, termina por ser la más perjudicial a la Institución que supo dar la vuelta en Primera.
En el final de su último partido contra su rival eterno, Atlanta, mostró la vergüenza y la falta de compromiso que hay en nuestra sociedad. Un mal operativo de seguridad y la complicidad de algunos dirigentes "funebreros" hicieron que pasara de todo y que varios dirigentes del "bohemio" terminaran internados y lastimados. Fue una batalla campal desatada por esos pseudo-hinchas, delincuentes protegidos por el poder político, que dicen amar a una institución.
En un principio se suspendió el estadio y la concurrencia del público local hasta que el Tribunal de Disciplina se expidiera. Pasaron los días y las fechas y todo parecía quedar en el olvido. Pero algo iba a pasar......
En la última semana, el Tribunal de Disciplina de la AFA, dictaminó que se diera por pedido el partido al equipo de San Martín. Es decir, el "funebrero" perdía el punto que supo o pudo ganar en la cancha y se hundía más en los promedios y en el descenso de categoría.
Las críticas fueron muchas. Desde mencionar que se lo estaba perjudicando a Chacarita desde la AFA hasta que hubo presión política de la colectividad judía para que esto suceda".
La verdad es que el fallo se dictó conforme a los cánticos racistas contra la colectividad judía que entonaron los que estaban en la tribuna del local. Los miembros del tribunal no tuvieron más remedio que dictar la sentencia basándose en la vigencia de una ley nacional que pena y sanciona todas las expresiones racistas y discriminatorias en espectáculos públicos, y como había denuncias hechas y el árbitro lo informó, no hubo más remedio que hacer lo que se hizo. Nada para reprocharle a los integrantes del Tribunal en esta ocasión.
Chacarita como institución se vió perjudicada, es verdad. Pero no por la AFA o la DAIA como ellos mencionan. Fue perjudicada por los propios hinchas (¿lo son?) que no denuncian a los delincuentes que se esconden en una tribuna y se contagian de la masa sin medir futuras consecuencias.
Para los dirigentes queda el trabajo de erradicar esa violencia que perdura en su tribuna, denunciar a aquellos que cometen desmanes y seguir peleándola. Claro, ¿Cómo hacen para sacarlos si la mitad son empleados políticos, reciben dádivas de éstos y algunos son miembros de la comisión directiva del club?.
Yo no lo sé; es un problema de ellos. Lo tendrán que solucionar o el club desaparece de los primeros planos futbolísticos.
Está bien el fallo y la sanción. Queremos verla también en Primera y no solamente en el ascenso y sin que pesen los colores de una camiseta.
También deseo una sociedad más justa, respetuosa y organizada. Pero eso ya es mucho pedir.
Alfredo N. Armiento
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