Nuestro camino recorrido.....

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Tres de Febrero, Prov. Buenos Aires, Argentina
Nacimos hace 32 años por la pasión que nos unió con el fútbol de ascenso. Fue un largo camino recorrido donde no todas fueron buenas, pero le hicimos frente a las adversidades y seguimos en el aire. En nuestro espacio vas a encontar a todos los que comparten esta extraña pasión pero no verás jamás a aquellos "personajes" que se creen dueños de instituciones y utilizan métodos antisociales para creerse importantes ni a sus "padrinos", que los usan para determinados fines y luego no saben como manejarlos. Para aquellos que lejos están del "glamour" de la primera división y del dinero de "fútbol para todos"; para aquellos clubes pobres de corazón grande; para los que semana tras semana dejan cosas suyas para seguir sanamente los colores de su alma y para todos los que se identifican con el "viejo fútbol de los sábados"......Sí, para ellos, va dedicado nuestro programa radial y, ahora, nuestro blog. Gracias.

lunes, 25 de junio de 2012

LES VOLVIÓ EL ALMA AL CUERPO: RIVER CAMPEÓN

Es cierto, les volvió el alma al cuerpo, como expresa el título. River Plate, el club que más títulos ganó en nuestro medio, es nuevamente integrante del círculo privilegiado de la Primera División.
Fue un año "pesado", extraño para sus hinchas que, al ver el fixture, leían los nombres de equipos que ni imaginaban que se iban a cruzar en el camino de los millonarios. Pero todo tiene un final, decía una canción de Vox Dei, y así fue: River campeón y otra vez en primera.

                           Gol de Trezeguet, victoria ante Almirante y desahogo de sus hinchas


Por supuesto que era el candidato, el caballo del comisario, el número puesto y todos los apodos que se le pueda ocurrir. Es River Plate, señores, y jugaba en el torneo Nacional B. ¿Quién iba a discutir su regreso a la elite?.
El camino no fue nada sencillo. Los que nunca pensaron enfrentar a River en una temporada regular sacaban fuerzas de donde no las había para "mostrarse". Los equipos chicos se agrandaban y los grandes (había muchos en este torneo) le jugaban como si fuera en la primera división. Contra todos los pronósticos, nada le iba a resultar sencillo. Por el contrario, se le hizo muy cuesta arriba y más duro de lo que suponían propios y extraños.
River llegó a la B por errores propios cometidos en un pasado muy cercano. No supo mantenerse porque el "fantasma" impensado del descenso no tenía cabida hasta después de la dura derrota en promoción contra Belgrano. Pero tuvo que aceptar la realidad y se armó para un torneo de características distintas a lo acostumbrado hasta ese momento.
El primero en aceptar el desafío fue Matías Almeyda. Había vuelto como jugador, luego de un retiro que lo tuvo jugando hasta en Fenix, y padeció el descenso. Se puso la ropa de DT y sacó pecho en la peor y más difícil página del club. Aceptó el desafío más grande: La gloria de volver o el destierro por una nueva derrota.
Llegaron nombres: Cavenaghi y el "Chori" Dominguez, alrededor de ellos se juntaron jugadores con experiencia en el ascenso y juveniles que prometían y mucho. Arrancó bien, con todo, ganando y hasta jugando "lindo" en ciertos momentos. Pero después llegaron los golpes duros y otra vez la realidad.
Los hinchas no aguantaban y volvían a ver a aquellos viejos fantasmas rondar por el monumental nuevamente. Las críticas crecían ante actuaciones no muy convincentes por más que el resultado fuese positivo. Pero si algo no se le puede reprochar a Almeyda es su confianza plena. Apostaba, y mucho, a este grupo de jugadores por más palabras que se escribieran o pronunciaran en su contra.


Es cierto, River se codeaba con la punta pero no jugaba lindo a la vista de los espectadores. Pero sí jugaba bien si tenemos en cuenta lo que buscaba: Sumar puntos y sin perder de vista el retorno a la máxima categoría.
En el receso de verano llegaron Leonardo Ponzio y David Trezeguet. El franco-argentino, de tantos logros en el viejo continente, manifestó que era su sueño jugar en el club del que era hincha desde chico y que no le importaba hacerlo en el ascenso. Fue otro de los que le puso el hombro al momento más dramático de la banda roja. De a poco los fue convenciendo y sus goles llegaban y eran importantes al cierre de cada partido. Su presencia despertó celos en el interior del plantel con otros referentes de nombre, pero, aunque no se haya reflejado en los medios, ahí estuvo la mano del técnico, que mostró su personalidad y quién era el que realmente mandaba en el grupo.
Almeyda sacó a quien tenía que sacar según su rendimiento. Más tarde o más temprano lo hizo. Y todo dió sus frutos. Sin tener una identidad de juego exquisita, de esas de "paladar negro" que pregona el simpatizante de River; sufriendo y aguantando más que jugando y disfrutando, el equipo salió adelante. Salió campeón y retornó al lugar que no tendría que haber perdido.
No discutan a Almeyda. Tal vez le puedan criticar algunas cuestiones técnicas y tácticas, pero es su primera experiencia y en un peso pesado. Lo que no le podrán reprochar es su personalidad para manejar el grupo y el saber hablar con sus dirigidos en el famoso "día a día", ese momento que nadie, más que sus protagonistas, puede ver. Además, logró una efectividad del 66,6%. Interesante, ¿No les parece?.

                          David Trezeguet, el veterano hincha de los goles importantes.

Algo muy importante y para destacar de este grupo: Siempre medidos y con bajo perfil a la hora de declarar y la mesura después de sus triunfos. No son comunes de observar las declaraciones en conferencias de prensa de Almeyda y de algunos jugadores. Mucho menos las de Trezeguet, un "señorito francés", como suele decirse, con sus palabras medidas, dejando de lado diferencias que podían aparecer y con un vocabulario extraño para el mundo del fútbol.
Un equipo no solo está compuesto por jugadores que demuestren sus virtudes en la cancha, también lo externo es importante y hay que cuidarlo. Eso fue lo que hizo este grupo de River. No salieron a la luz los problemas que se decía que había; por el contrario, se los contuvo muy bien, si es que estaban presentes, y los mantuvieron puertas adentro.
Reiteramos, no jugaron lindo a los ojos del espectador, pero fueron efectivos y lograron su objetivo.
La gran deuda de River Plate institución no radica en sus jugadores ni en su técnico; está presente en otros estamentos. Tienen que trabajar y mucho con su famosa "barra brava", esos son los que terminan tirando por la borda todo lo positivo que se va logrando. Es un llamado de atención para sus dirigentes y para los hinchas verdaderos.
Más allá de goles en off-side, de arbitrajes dudosos que lo puedan haber favorecido en ciertos momentos, de penales mal pateados y todas esas cosas que siempre siembran dudas ante los logros obtenidos, River Plate regresó a Primera División y está bien.
Ahora es el momento de planificar el futuro, tirar la "basura" que entorpece el desarrollo y volver a ser lo que fue: El más ganador de campeonatos en nuestro país.
Salud River !!.

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