ITUZAINGO 0 - L.N.ALEM 1
Alem llegaba a Ituzaingó para intentar lograr una victoria que le de tranquilidad en la próxima temporada con los promedios. Ituzaingó sigue intentando meterse entre los que disputarán es reducido por el segundo ascenso. En un partido típico de la D, a los 29´ del segundo tiempo, Portillo tuvo la "idea" de marcar un gol y poner al "Lechero de Gral. Rodriguez" arriba en el marcador.
Fue demasiado para la parcialidad del "León" ya que a los 35´, decidieron pasar al sector de vestuarios para esperar a los jugadores visitantes y tomarse revancha de .........¿ de qué?. Uno puede pensar que un equipo como el de Ituzaingó necesitaba ganar y Alem le estaba arruinando la tarde; o, tal vez, que los jugadores se burlaron de los hinchas luego del gol. Pero no fue así. La revancha que deseaban tomarse los del local era por una muerte ocurrida en 1996. Sí, como lo lee, revancha de algo que pasó hace 16 años.
Son las cosas raras y anormales que ocurren en nuestro fútbol.
A falta de 10´ para finalizar el encuentro, pseudo hinchas de Ituzaingó decidieron que debían ir por los jugadores del equipo del "Lobo" Cordone y pasaron a las plateas y al sector de vestuarios. allí comenzaron los forcejeos con la policía y con la gente que intentaba evitar hechos que perjudicaran al equipo verde. No pudieron y creció el caos.
Ya suspendido el partido, los jugadores se refugiaron en los vestuarios. Fue infructuoso el intento de autoridades y de jugadores del León para disuadir a los violentos.
Los choques entre efectivos policiales y gente de Ituzaingó siguió en la calle. Aparecieron los disparos con balas de goma, agresiones con piedras y palos, además de destrucción de todo lo que se cruzaba en el camino de los delincuentes. Hasta incendiaron un patrullero.
Un par de horas después, la cosa se calmó y los jugadores de Alem pudieron regresar a Gral. Rodriguez.
La historia dice que el 30/11/96, un micro con hinchas de Ituzaingó que se dirigía a Luján, fue atacado en el Acceso Oeste, cerca de General Rodriguez, por posibles allegados al Lechero. Por los proyectiles recibidos, Carlos Villalba, que iba en el micro, resultó herido y luego falleció. La causa quedó en la nada ya que no se encontró al responsable.
Ahora bien, pasaron casi 17 años de aquel hecho. ¿Cuántos de los actuales violentos de Ituzaingó estuvieron en aquel momento desgraciado?. ¿Cuál es la culpa de los actuales jugadores de Alem por aquella muerte?. De un lado y del otro, muchos eran niños de jardín de infantes. Ni sabían lo que era el fútbol.
Esto demuestra que la estupidez humana está en su punto más alto. Lo cierto es que para la gente sana de Ituzaingó, lo ocurrido el sábado les crea un problema muy grande: Perdió el partido (que no seguirá) y perderá su localía. ¿Qué ganaron con el accionar de los delincuentes de su hinchada?.
Las revanchas atrasadas, absurdas por cierto, no son un buen negocio. Nunca lo son, realmente.
A. N. Armiento
Nota: Fotos de La Voz del León y del Diario Olé. Gracias a ambos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario