LA VERGÜENZA POR LAS CALLES

Es uno de los más extraños momentos que me tocó en mis años de periodista. Si bien he tenido que reflejar y opinar sobre muchos acontecimientos desgraciados, esta vez sigo sorprendido por lo ocurrido y la por la forma en que todo se desarrolló. No considero a este hecho como uno más de violencia en el fútbol, aunque muchos relacionados con él están en el medio, pero sí como uno más en el que la política nacional "mete sus garras" y muestra sus miserias a una sociedad que observa sin saber que hacer y que padece las peleas y revanchas de unos inadaptados utilizados por inescrupulosos que nunca dan la cara y solamente buscan réditos personales.
La semana pasada fue asesinado frente a su domicilio Fernando "Pocho" Morales, jefe de la barra de Colegiales, perpetrado por otros barras del mismo club que estaban enfrentados.
Según cuenta la causa, el "negro" Martín y "Harry", ex compañeros del asesinado en la tribuna tricolor, acompañados por "el uruguayo", realizaban una pegatina de carteles de los candidatos oficialistas de Vicente López en Mitre al 3800, Munro, frente al domicilio de Morales. Éste, advertido, salió a enfrentarlos y luego de una lucha, el apodado "uruguayo" lo baleó y asesinó con seis disparos. El último, de gracia, en la cabeza. Una trama bien "mafiosa".

                                  Pintadas que mostraban el enfrentamiento

Fernando Morales, dicen algunos, rompió relaciones con los asesinos cuando éstos quisieron dividir la barra porque apoyaban al intendente Jorge Macri y el grueso de la tribuna de Colegiales apoyaba al actual presidente, Rodrigo Gonzalez, y al gobierno nacional. Se comenta, también, que Morales era militante K; posteriormente algunos lo desmintieron.
Existe una relación, según se pudo averiguar, entre los ejecutores del crimen y Cesar Torres, Secretario de Gobierno de Jorge Macri, y familiar de Jorge Torres, principal de la barra de Argentinos Juniors, quienes serían "cercanos" a Cristian Ritondo, legislador porteño del PRO y muy relacionado con gente de la barra de Nueva Chicago. Es decir, en la bara brava del tricolor de Munro no se permitía otra idea que no fuese la de ser K u oficialista, como le guste llamarlo.

                      El cortejo por la Av. Maipú en Vicente López

Obviamente este es un hecho policial y la justicia, supongo, debe estar investigando y trabajando en el tema.
Lo cierto es que a aquellos que trabajan en la zona de la municipalidad de Vicente López, a los comerciantes de la zona o, simplemente, a quienes paseaban por la avenida Maipú se les puso "negro" el día cuando vieron que el cortejo fúnebre que llevaba los restos de "Pocho" Morales avanzaba rumbo a la Municipalidad insultando, clamando por venganza y rompiendo y saqueando todo a su paso. Además, eran custodiados por la policía.
Los uniformados no intervenían ante los actos de vandalismo y, si alguno de los "guardianes de la seguridad" de los bonaerenses intervenía, eran increpados o agredidos por los barras.
Hemos visto películas de pandillas, de peleas entre mafias y de acción; también algunas series como "Cumbia Ninja" que muestra cosas parecidas. Pero esto es la realidad. Uno sentado en el féretro, otro hablando por celular y un tercero insultando y marcando territorio, todos subidos en el coche fúnebre.
Amenazas, golpes y caos a su paso. Todos con la idea de "tomar" la sede municipal para hecer esponsables de este asesinato a los funcionarios de turno.

                      Traslado del féretro al estilo "mafioso" centroamericano

Se vivió un caos y pareció que se estaba viendo una mala película de pandilleros. Pero no, eran barras de Colegiales que se paseaban con impunidad y con un muerto por las calles de la cuidad.
Esto es política. Ni más ni menos. Candidatos oficialistas y funcionarios opositores son responsables de la presencia de estos acontecimientos. Lo peor es que ninguno reconoce responsabilidad alguna en los hechos.
¿Quién o quienes le da cabida a delincuentes de este tipo?; ¿Cómo aparecieron estos inadaptados sociales en los primeros planos?; ¿Por qué y para qué se asesinó a una persona?; ¿solamente por pensar distinto?. ¿Quién hizo que Morales se adueñara del Club Colegiales que es de la comunidad?. Son muchos interrogantes a los que solo con investigaciones periodísticas se le encuentran respuesta, aunque la Justicia ni los considere.

                           El presidente de Cole, Rodrigo Gonzalez, candidato del FPV

El fútbol no es culpable de lo ocurrido. Los culpables son otros que buscan en el fútbol su "chivo expiatorio" para satisfacer ambiciones personales. El Club Colegiales es un convidado de piedra en este caso; los delincuentes no creo que sean parte de la institución.
El presidente del club, candidato del FPV para las próximas elecciones, dijo que "esta no era una interna de barras y que el asesino era guardaespaldas del secretario de gobierno de Vicente López". Podemos estar de acuerdo en eso. Lo que no dijo es quién le permite a todos estos violentos manejarse con impunidad dentro del club de Munro.
Hoy fue Colegiales, ayer muchos otros (Chicago, Chacarita, etc, etc,), mañana puede ser cualquiera. Es hora de sacarse la careta, decir la verdad y sacar a la política nacional, provincial o municipal de los clubes.
Caso contrario, estamos perdidos.

                                          Gustavo Negredo
                                        para Ascenso con Estilo