Cuando uno es profesional en el fútbol o en cualquier otro deporte de alto rendimiento en el que haya un público heterogéneo, tiene que estar preparado para cualquier cosa y hacer oídos sordos a lo que ocurre fuera de los límites del campo. El público, bajo cualquier circunstancia (y si no la tiene, la encuentra), tiende a insultar a los protagonistas, a "liberar su fracaso" contra otros o, simplemente por deporte, a hostigar a los jugadores. Si bien todos los humanos tenemos un límite y queremos "matar a trompadas" a esos inadaptados, un futbolista profesional debe tener "temple de acero" para que la situación no pase a mayores y bancarse lo que venga.
No es el caso de Gastón Sessa, ya que ante cualquier circunstancia que él considera agraviante durante el desarrollo de un partido, actúa como "justiciero".
En temporadas anteriores de su dilatada carrera, el ahora arquero de Villa San Carlos, cometió varios actos que dejaron traslucir su manera de actuar dentro de un campo de juego. En la semana, durante el partido que su equipo jugaba contra Huracán, nuevamente le pegó a un alcanza pelotas y, como si fuera poco, agredió a un camarógrafo que filmaba la escena.
El "Gato" Sessa consideró que el chico hacía tiempo en favor de Huracán al no alcanzarle rápidamente el balón, por eso consumó su agresión. Se dió cuenta que el hecho fue registrado por un camarógrafo y atinó a cerrarle el trípode lastimándole la mano y le recordó a parte de su familia. Lo que no sabía el arquero es que el segundo agredido era un camarógrafo del Ministerio de Seguridad. Tremendo problema se "cargó" el "cuarentón" guardameta.
La madre del menor agredido, que juega en las inferiores de Huracán, radicó la denuncia contra Sessa y lo mismo hizo el camarógrafo, además de enviar las imágenes tomadas a las autoridades ministeriales. Por lo tanto, es de esperar, que haya una sanción dura para el 1 de la Villa. Si sumamos que las cosas no están bien con él en Villa San Carlos, el futuro del arquero no está muy claro. Se dice que le rescindirían el contrato, no solo por estos hechos sino por su mal rendimiento, y que podría regresar a Boca Unidos de Corrientes aunque las cosas no están muy bien con el "Gato" por aquellos pagos.
Dentro de sus "absurdas locuras", Sessa discutió con el árbitro Pezzotta y lo tomó del cuello, por lo que purgó una sanción de 10 fechas y le valió, también, una sanción de Velez; en el 2007 le pegó un pelotazo a un chico alcanza pelotas de Belgrano y en el 2012, en Boca Unidos, tuvo una actitud similar en Mendoza.
Y, si bien pasaron muchos años, nadie olvida el "recuerdo" que le dejó a Rodrigo Palacios en su cara cuando salió a cortar un envío al delantero con su botín a la altura del ojo del ex jugador de Boca.
Fueron muchas. Esperemos que no haya alguna más. Sessa es un hombre de 40 años y, si bien hay muchos arqueros que están cerca de esa edad, el "Gato" no regala ejemplos de comportamiento y compañerismo como lo hacen otros. Su experiencia no se refleja ni en su juego ni en sus enseñanzas a los más jóvenes.
Entonces, ¿Por qué y para qué sigue en el fútbol?. Solamente él lo sabe, pero que quede bien claro: "A este gato con guantes y botines, se le escapan todas."
Alfredo Nicolás Armiento
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