El Jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Milton Capitanich, mostraba las instalaciones del club que preside, Sarmiento de Resistencia, y se sentía orgulloso de la hinchada numerosa que apoyaba a la institución. Más allá de las arañas que se meten en los sistemas de ilminación y dejan sin luz un partido internacional causando una gran verguenza, el club tiene cosas de primer mundo. No importa que el estadio Centenario haya costado más de 100 millones de dólares y esté a pocos kilómetros de una zona sin agua potable o con habitantes sin satisfacer sus necesidades básicas; es de última generación y se usa para jugar partidos de Copa Argentina (3 o 4 al año) y del Torneo Federal A.
Pero hay un problema: La seguidora hinchada no se porta tan bien; de hecho se porta demasiado mal, y es posible que no puedan concurrir al coqueto estadio chaqueño durante el resto del torneo.
Luego del partido jugado contra su clásico rival, Chaco For Ever, por la tercera fecha del campeonato que dará 7 ascensos al Nacional B, en la barra se desató una batalla campal que derivó en un muerto y varios heridos -dos de gravedad- para dirimir una interna que viene desde hace muchos años.
En la madrugada del miércoles, luego de la victoria de Sarmiento 1-0, la violencia se desató a metros de la sede del club de Capitanich.
Antes, y por seguridad, solo se jugó con gente del local (For Ever) para evitar incidentes; aunque ya al término del partido hubo algunos choques entre los dirigentes y allegados que acompañaron al equipo.
En el estacionamiento del estadio, la facción oficial de la barra esperaba la llegada del micro de los jugadores para darles la bienvenida y festejar el triunfo en el clásico chaqueño. En las adyacencias, la barra disidente cortó el tránsito y quiso ser la primera en recibir a los vencedores. El clima se caldeó y ambos bandos se enfrentaron puertas afuera con el saldo que ya comentamos. La víctima es Gonzalo Rodriguez, de 25 años, a causa de un disparo de arma de fuego en el pecho.
Las primeras voces culparon a los disidentes por la gresca y dijeron que era un grupo violento que tenía prohibido el acceso al club. La realidad es que la gente de adentro fue a dispersar a quienes esperaban afuera, por lo tanto los disturbios los comenzaron "los oficialistas". Si bien se dijo que la bala partió desde la facción disidente, hay investigaciones que dicen lo contrario y todo se mantiene bajo estricto secreto de sumario.
No es nueva esta división en el equipo chaqueño. Desde que llegó Capitanich, la antigua barra se vio desplazada por una nueva conformada por el entonces gobernador y ex senador nacional. Los "arreglos" fueron desparejos y las acciones comenzaron. Hubo disturbios en partidos de la liga local, en los del ex Torneo Argentino B y en la cuidad toda cada vez que había un acto. La policía reprimía y dejaba libre a algunos después de hacer llamados (¿A quién o a quiénes?).
Lo cierto es que la violencia no hace diferencias entre categorías, clubes o ciudades. Está en todos lados y siempre la política está metida en el medio. Ahora ese "elefante blanco" ubicado en la capital de una de las provincias más pobres del país estará vacío cuando se jueguen partidos y todo por la incompetencia de algunos para frenar a los violentos.
El Jefe de Gabinete manifestó: "Son delincuentes y hay que meterlos a todos preso". Sí, estamos de acuerdo. Pero pregunto: ¿Quién mantiene a estos tipo en su club?. ¿Qué hace usted como hombre fuerte del poder político para meterlos preso?. ¿Tomó alguna decisión al respecto desde su cargo que le entregue los elementos necesarios a la Justicia para procesarlos?. Aun no tengo la respuesta. Y lo pregunto por todos los actos de violencia en el fútbol que se dan en el país, no solamente por Sarmiento de Resistencia.
Todavía, y después de muchos años, esperamos algún intento de solución.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Fuente, datos y fotos aportados por colegas del Diario Norte. Muchas gracias. (no damos sus nombres por razones de su seguridad).
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