No es la primera vez que ocurren hechos similares en Ituzaingó. Lo peor de todo es que se perjudica a un club que quiere renacer, reverdecer sus grandes logros y poder volver a categorías superiores.
Es cierto que los dirigentes de todos los clubes saben quienes son los delincuentes enquistados en las hinchadas, aunque hay casos en los que realmente ellos no tienen nada que ver en los actos violentos de estos inadaptados. Aquí se da un caso de esos. La gran culpable: La política y los "arreglos" en el pago chico (léase: Ituzaingó).
La interna de la barra del verde, o del león del oeste -como más le guste-, está dividida por la vía y la avenida más larga. Los del norte, mayoritariamente integrada por gente del barrio San Alberto, y los del sur, de los barrios Santa Rosa y Aquino. No solamente se dividen la hinchada del equipo, sino que tienen distintos negocios con el municipio encabezado por Descalzo y manejado por sus laderos.
El llamado "Gordo Chori" era el líder; luego "Nando" (de los Patovicas) se hizo fuerte y alcanzaron un pacto con las otras facciones en el que se repartían los beneficios. Cuando ocurrió el asesinato de un comerciante, el día de un partido contra Midland, los del sur los acusaron de haberle dado información a la policía. Esto habría quebrado la tregua impuesta.
Cabe destacar, que gente de ambos bandos manejan puestos ilegales de venta de ropa, comida y CD truchos en ambos lados de la estación. Cada quien en su zona. Apoyados por punteros políticos municipales.
Los hechos violentos se vienen dando desde hace un tiempo, ya que "Chori", que maneja dos puestos junto a la vía y siempre hizo campaña por el PJ, pidió una mayor parte del negocio por este tema. Un delegado municipal se juntó con los del sur (Yoni y Javito) para anoticiarlos de las novedades y fueron a amenazar, a punta de pistola, al "Chori" y a su esposa. Después de esto, "Nando", el pacifista, se bajó y les dejó la puerta abierta a los del sur para tomar el control.
Como consecuencia, ocurrió la batalla del miércoles con el llamado "petizo Ariel" muerto y otro herido de bala grave. Hubo detenidos, pero sabemos que pasará con ellos.
Así están las cosas y las sorpresas generalizadas de vecinos, que son rehenes de los violentos y están desamparados, no terminan.
Sorpresas, también la de los dirigentes, que con razón culparon a la Municipalidad por estos hechos. Es un tema de negocios territoriales avalados por funcionarios. Ituzaingó, el club, es otra víctima en este caso y el fútbol más. Aunque sí saben quienes son, y no los tendrían que dejar ingresar al estadio y deberían denunciarlos. No hacen ni uno ni lo otro.
En el país se avecinan tiempos políticos y electorales. La violencia, impuesta desde arriba en el Estado, está a la orden del día; y la mano de obra, como siempre, serán los delincuentes disfrazados de hinchas de todos los clubes argentinos.
Qué no se hagan los distraídos muchos funcionarios y se rasguen las vestiduras diciendo que "ésto debe terminar" porque sabemos que no les conviene. Solo con voluntad política, las denuncias correspondientes y respetando las leyes, además de tener una policía bien preparada y no corrupta, podemos comenzar a solucionar algunas cosas que rodean al fútbol.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Fotos de google y de La Voz del León.
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