Gran reacción tuvo el equipo del "huevo" Rondina para dar vuelta una serie complicada ante Tristán Suarez y de visitante. Villa Dálmine regresa, después de 21 años, a la B Nacional.
Tristán Suarez 0 - Villa Dálmine 2
Veintiseis refuerzos, un presupuesto de equipos de Primera División, un técnico y jugadores con experiencia en la categoría más alta de nuestro fútbol y alguna que otra "mano" externa no pudieron torcer a un buen equipo, trabajado y equilibrado, y, sobre todo, con ganas de ser protagonista.
Si comparamos los equipos que se presentaban en esta transición de la Primera B, en nombres y presupuesto, tenemos que decir que Dálmine era uno de los humildes. Pero con dedicación y esfuerzo logró hacer saltar la banca.
Luego de soportar en San Martín el festejo de Chacarita, en el reducido tuvo que pelear, y mucho, con los grandes pesos pesados de la categoría. Primero en Barracas, con Kletnicki como figura en los penales; luego en Caseros con un aguacero, y otra vez Kletnicki fue figura desde el punto de penal.
Llegaba Tristán Suarez. Le dió un golpe en Campana y la sacó barata, porque el equipo de Caruso Lombardi derrochó muchas posibilidades para llevarse más goles desde El Coliseo.
Pero en el partido de Ezeiza la cosa cambió.
"No supimos jugarlo. Por ahí el clima, la gente, nos sobrepasó. No sé, pocas veces estuve tan triste", fueron las palabras del mediático técnico al finalizar el partido. El que sí supo jugarlo fue el Violeta.
Lindo como una verdadera final se planteó el partido. Era de ida y vuelta y con emociones; por momentos bien jugado. mucha fe por el lado de los de Rondina que siempre fueron a buscar a riesgo de sufrir en el arco propio. El "bicho" Rossi puso en igualdad de condiciones al Viola a los 28' del primer tiempo. Ahí comenzó la reacción de Tristán Suarez. Iba Tristán y respondía Dálmine, mejor dicho respondía Kletnicki, infranqueable durante toda la tarde.
El segundo tiempo amaneció, a los 8', con una definición bárbara de "pastelito" Cérica que puso muy dulce el día para la gente de Campana. Luego fue todo del "lechero". Palo por palo era el desarrollo del partido, Suarez iba y no podía, Villa Dálmine respondía y se chocaba con Capogrosso. Kletnicki seguía amargando a los 8000 hinchas presentes.
Bien jugado no era; emotivo sí, y mucho. Abundaron los pelotazos en el área violeta, pero estaban Valdez y Kletnicki. Abundaron, también, los pelotazos en el área lechera, y aparecían Talín, Vicente y Cajaravilla, que también atacaban.
No abundaban las ideas en el equipo de Caruso pero iba en busca del gol que, aunque sea, lo llevara a los penales. Lo tuvo Diz en el último minuto y lo desperdició. Tenía razón el DT en sus posteriores declaraciones porque el local no lo supo jugar.
Villa Dálmine dio el golpe. Derrotó al caballo del comisario, al comisario, al ministro y a la comisaría entera. Por no perder la fe en sí mismos, por saber jugar una final, tener a Rossi a Renzo Pérez y a Kletnicki, el equipo de Campana logró el ascenso.
Merecido, también, para Sergio Rondina. Estuvo cerca en la C con Excursionistas; le faltó poco con Atlanta en la B; se le dio en la tercera con Villa Dálmine. Otro laburante del fútbol que antes de salir a la cancha colocó un cartel en el vestuario que decía: "Ellos son solo nombres, nosotros un verdadero equipo". Por ser un verdadero equipo, toda la ciudad de Campana festeja el ascenso a la B Nacional.
Gustavo Negredo
para Ascenso con Estilo
Nota: Las fotos son de www.elviola.com.ar. Gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario