Conocemos el entramado que había en la FIFA gracias a un
dirigente norteamericano que no podía justificar sus ingresos y se vio obligado
a delatar a quienes le facilitaban su nivel de vida. ¿Esto les suena parecido a
lo que ocurre por estos pagos?. Seguro que sí. Pero a este individuo lo apresó
el FBI y a los “popes” de la organización mundial del fútbol también. Estas
acciones traerán consigo muchos “casos paralelos” más a los que ya hay.
Era un secreto a voces que en el fútbol argentino pasaban
cosas raras: Resultados insólitos en instancias finales, la manera de organizar
los partidos y campeonatos, los contratos con privados y con el Estado, la
pobreza de los clubes y la bonanza de la AFA, y muchas cosas más. También los
dirigentes políticos que se daban vida de reyes y jugadores que pasaban por
clubes de los que no conocían ni el color de camiseta. Todo, absolutamente
todo, en Argentina tenía un denominador común: Julio Humberto Grondona, el
fallecido expresidente de AFA. Él manejaba todo desde la calle Viamonte con un
teléfono y una organización armada, y muy bien aceitada en su funcionamiento,
para comprar voluntades. Quienes estamos en el tema fútbol lo sabíamos e
intuíamos estos manejos; pero no había pruebas creíbles.
Finalmente las pruebas llegaron: Aparecieron escuchas
telefónicas solicitadas por la Justicia desde hace tiempo que corroboran lo
mencionado y algunos documentos que muestran dicha realidad. Pero hay mucho más
desde el 2009 cuando empezó el Fútbol para Todos. Si los extraños negocios que
rozaban lo ilegal (algunos lo eran) se realizaban entre la AFA y un inversor
privado –como era antes- está bien y se harían responsables si había problemas.
Pagarían sus culpas y no nos joderían a los ciudadanos comunes. Ahora bien, si
dichos negociados son con una organización del Estado –eso es Fútbol para
Todos- en los que entran en juego los fondos públicos de nuestros impuestos,
los ciudadanos, entonces, estamos en el horno.
Por medio de muchas denuncias, con pruebas incluídas, la
Auditoría General de la Nación elaboró un informe de lo actuado, y las
irregularidades en las que se incurrió, desde 2009 al 2013. El mismo iba a ser
presentado a la Justicia para su investigación pero faltaba un voto. Quedó
archivado hasta que uno de los auditores integrantes, oficialista él, cambió su
voto para no ser cómplice de un robo a la sociedad. En ese período hay en juego
nada menos que 3000 millones de pesos de los que no se conocen su verdadero
destino. Se sabe que parte fue a la AFA, parte a productoras que no demostraron
para qué se utilizó y otras cantidades sin destinatarios, como si se los
entregaran a fantasmas, que no aparecen en los registros de F.P.T.. Pese a los
pedidos de la AFIP, nunca se presentaron balances creíbles ni declaraciones
juradas consistentes. Es como si el dinero público hubiese desaparecido.
Después de la presentación de la AGN, todo pareciera tomar otro rumbo.
Esperemos que así sea.
Antes que detonara la bomba FIFA, con denuncias presentadas
por legisladores y funcionarios, se abrió una causa que lleva adelante la jueza
María Servini de Cubría. En la misma hay denuncias contra los últimos Jefes de
Gabinete, Anibal Fernandez, Juan Abal Medina y Jorge Capitanich, el Secretario
Legal y Técnico, Carlos Zannini, los responsables de AFA, empresarios de medios
y productores de programas relacionados con el fútbol y su transmisión en TV
(tres de ellos presos por el caso antes mencionado) y representantes imputados
por los desvíos de fondos en algunos pases de jugadores. Hubo allanamientos en
las oficinas de AFA, en varios clubes y otros lugares en los que funcionaban
“cuevas” y estudios legales y contables, entre otros. La documentación se está
analizando y se han agregado las escuchas telefónicas aparecidas en la última
semana. Es más, tanto el Juez Bonadio como la Jueza Servini de Cubría, ven con
buenos ojos el unificar las causas y seguir adelante con las investigaciones.
Claro, es un año electoral, la Jueza es la que tiene competencia en el tema,
por lo tanto se van a demorar las citaciones a funcionarios y dirigentes. Pero
la causa avanza.
Para resumir, los más de 6000 millones de pesos utilizados
hasta hoy por el Fútbol para Todos no cumplieron con el principal objetivo que
proponía la AFA: Sanear las deudas de los clubes y clarificar su situación
económica y financiera; al contrario, se gastó mucho más y las deudas
crecieron. Por otro lado, están los contratos realizados por el Gobierno para
la televisación de los partidos: Contrataciones directas de amigos cuando eso
está prohibido por ley, mala calidad de trabajo comprobada,
dirigentes-funcionarios beneficiados directamente sin pasar por AFA,
productoras “fantasmas” que no tienen ni una cámara o algún micrófono que se
hacen cargo de los relatos, el Secretario Legal y Técnico que ponía hora y día
de los partidos y hablaba directamente con Grondona, los Jefes de Ministros que
repartían el dinero sin rendir cuenta a nadie, la prohibición para que empresas
privadas anuncien durante las transmisiones, y tantas cosas más que se podrían
enumerar. Todo es un caos y “acomodar los tantos” llevará mucho más que lo que
todos podemos pensar.
Lo cierto es que el dinero que se utiliza es de todos los
argentinos y se podrían comprar elementos para los hospitales, darle agua
potable a ciudades del interior que no la tienen, reparar rutas, mejorar la
educación, crear fuentes de trabajo, etc, etc…. Aunque para el fútbol en sí, lo
peor puede llegar a ser el pedido de
intervención de AFA que solicitó la Jueza Servini de Cubría. De llevarse a
cabo, si es que el Ejecutivo lo acepta, el fútbol argentino sería desafiliado
automáticamente de FIFA mientras dure la intervención, lo que dejaría sin
posibilidades a nuestra selección de participar en eliminatorias mundialistas y
sin mundial. Además, muchos quedarían manchados por las investigaciones y las
sospechas de la sociedad.
Al fin y al cabo, ¿Qué le hace una mancha más al tigre?.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las imágenes fueron obtenidas de Google. Gracias.
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