Temperley llegó confiado al partido con Acassuso. No pensaba en una posible derrota ya que la campaña del equipo del norte no era buena. Además, muchos consideraban que "Cachín" Blanco, su DT, se podía despedir si una nueva derrota golpeaba a su equipo. Pero como en el fútbol lo que no existe es la lógica, muchos allegados del celeste se sorprendieron en el mediodía de Caseros.
Se sabía que los del equipo de Della Picca iban a buscar la victoria desde el vamos y Acassuso esperaría la posibilidad de explotar los contraataques que se le presentaran. No fue así en el comienzo del encuentro.
En la primera que tuvo, Acassuso sacó ventajas por medio de Pumpido y le creó un problema bárbaro a Temperley, que salió a buscar en forma desordenada y dejaba huecos importantes que fueron aprovechados en forma inteligente por los hombres de "Cachín" Blanco. Es más, en una buena contra, Torres quedó mano a mano frente a Crivelli y el travesaño le dijo no.
Hubiese sido un premio excesivo para Acassuso el irse en ventaja por dos goles en la primera mitad.

Gol temprano de Pumpido cuando nadie lo esperaba.
Había sido atractivo el primer tiempo. Por la búsqueda de Temperley y por el buen planteo del quemero.
Esperábamos una segunda parte mucho más vibrante, pero nos equivocamos.
La ventaja obtenida hizo que Susso aguantara los embates de su rival bien parado y lo sumió en la intrascendencia. Fue todo un rompecabezas que Temperley no pudo armar. No supo como acomodar las piezas para empatar el encuentro. Para mejor, los minutos pasaban y la desesperación, esa mal consejera en el fútbol, se iba apoderando de la gente del sur.
Uno de los tantos desbordes que no llevaron riesgo a Ruhl
Muchos desbordes y centros anunciados que hicieron que Ruhl y sus defensores se lucieran en algunas ocasiones. Temperley avanzaba, intentaba y no podía. No abundaron las ideas en ataque para el equipo de Fito Della Picca,y Acassuso hacía su negocio.
Ni los cambios ofensivos en el gasolero le cambiaron la cara. El partido cayó en la mediocridad y se fue apagando.
Si analizamos en frío las llegadas de unos y otros, las acciones del juego y las situaciones en las áreas rivales, podemos decir que Temperley mereció, al menos, un empate. Acassuso fue "amarrete", convirtió y se cuidó refugiándose bien en defensa y en el medio. En este deporte, se dice que "goles son amores"; gana el que más convierte y no el que merece más. Acassuso convirtió. Por eso ganó.
Importante la victoria para salir de la zona baja de las posiciones y para creer que algo más se puede lograr.
Bien por el quemero.
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