Las
SAD pueden ayudar a combatir el flagelo de la violencia en las canchas y los
negocios ilegales gracias a que incentivan las auditorías y las gestiones
redituables en los clubes
Antes
he escrito sobre este asunto pero ahora debido a reincidencias varias se hace
necesario insistir, aunque en algunos casos hay mercenarios que se
disfrazan de barras bravas para cometer latrocinios de diversa naturaleza y
espesor.
El
deporte educa el carácter, enseña autocontrol, prescribe la disciplina, subraya
la honestidad, estimula el compañerismo, muestra virtudes del proceder limpio y
acostumbra seguir reglas justas Desafortunadamente de un tiempo a esta
parte el fútbol a veces se convierte en batallas campales donde prima
en espíritu bélico y la consecuente agresividad en el contexto de hordas
salvajes capitaneadas por las llamadas barras bravas que en verdad
son esperpentos del anti fútbol.
Los
clubes de fútbol suelen estar constituidos como asociaciones civiles
denominadas “de bien público” que los aparatos estatales deben cuidar, proteger
y alentar puesto que se considera que “el fútbol es de todos” lo cual abre las
puertas para todo tipo de maniobras. En ciencias políticas se conoce como “la tragedia
de los comunes” a la situación en la que se politiza y se
colectiviza la propiedad que inexorablemente se traduce en que lo que
es de todos no es de nadie y, por tanto, se le da un mal uso a los siempre
escasos recursos lo cual empobrece. Como señalan expertos, como el maestro
peruano Enrique Ghersi, debiera abrirse la posibilidad de que se
conviertan en sociedades comerciales.
La
figura de la sociedad anónima implica fuertes incentivos para mantener
auditorías y llevar a cabo gestiones redituables para el club, en lugar de
los déficits crónicos y endeudamientos permanentes fruto de la asociación civil
supuestamente “sin fines de lucro” a que aludimos. Es la figura más
generalizada en países subdesarrollados.
Cuando
han circulado sugerencias de modificar aquella figura jurídica de los clubes,
salen al cruce dirigentes que viven de la componenda y las corruptelas
señaladas para vociferar airadamente que no es posible que irrumpa el
capitalismo en el club de fútbol, ya que el lucro arruinaría el deporte, como
si las ganancias que mantienen al panadero o al ingeniero estropearan sus
comportamientos, en lugar de percibir que el sistema de beneficios y quebrantos
se traduce en un barómetro colosal para saber cuándo se da en la tecla y cuándo
se yerra respecto a las necesidades de los demás. Muchos son los
dirigentes que prefieren lucros personales espectaculares y generalmente mal
habidos al calor del paraguas protector que disfraza y disimula el supuesto
“bien común”. No aceptan el negocio para dar rienda suelta a los negociados.

Es
relevante apuntar las ventajas obtenidas por los clubes que se han convertido
en sociedades anónimas en Inglaterra, Italia y España.
Ghersi, en su ponencia presentada en el VII Congreso Anual de la Asociación
Latinoamericana y del Caribe de Derecho y Economía (diciembre de 2002), se
pregunta por qué no existe la violencia que tiene lugar en el fútbol en otros
deportes aunque el espectáculo en sí sea violento como el box, o en otros
deportes también masivos como el básquetbol, los hipódromos o el fútbol
americano, para no decir nada del tenis, el golf o el hockey. Sostiene que “mientras que en el béisbol, el básquetbol,
el hockey y el fútbol americano los derechos de propiedad están claramente
establecidos y cada equipo, cada estadio y hasta el deporte mismo tienen un
dueño, en nuestro fútbol existe una total indefinición en ese sentido”.
Es
del caso recordar las célebres declaraciones de quien probablemente fue el
mejor arquero de la historia, José Luis Chilavert: “A la FIFA y a Conmebol no les interesa el ser humano. Hace mucho
tiempo que vengo refiriéndome a las anomalías dentro de la Conmebol”. En su
momento Fernando Niembro también criticó severamente las conducciones
de estas dos entidades en relación con los acontecimientos que fueron del
dominio público y tantas otras personalidades a las que conmueve estos
espectáculos lamentables.
Hay
muchísimas personas a las que les agrada el buen deporte y son correctas en sus
procederes pero que a veces se ven arrastradas por forajidos infiltrados.
Recordemos los momentos felices cuando en nuestro medio los padres iban a los
estadios de fútbol con sus hijos y familiares a disfrutar de una jornada de
alegría, paz y respeto recíproco. Sin duda que los desvíos son el resultado de
mala educación pero las figuras societarias pueden ayudar a revertir actos
de atropello inusitado.
No
soy un experto en fútbol, como ha dicho Einstein “todos somos ignorantes, solo que en temas distintos”, mis deportes
favoritos son el tenis y el rugby pero estimo que estas reflexiones pueden
ayudar en algo a encauzar espectáculos en verdad muy tristes.
Finalmente,
la violencia, el uso de estupefacientes y modales grotescos constituyen la
antítesis del buen deportista que asume derrotas felicitando al adversario en
el campo y muestra gallardía en el triunfo. En contraste con las
manifestaciones anti deporte debe ponerse en primer plano y bien a la vista de
todos como ejemplos extraordinarios de conductas deportivas y valores
personales y familiares a los dos grandes Lionel: Scaloni y Messi.
Por
Alberto Benegas Lynch (h)
Nota 1: Esta nota fue publicada en el portal de INFOBAE del día 6 de abril de 2025,
escrita por el Sr. Alberto Benegas Lynch (h). Muchas gracias.
Nota 2: Las fotos fueron obtenidas de Google para ilustrar la nota.