DE POETA Y DE LOCO
Proveniente de una familia de clase trabajadora, y
criado a base de pan y de fútbol, tenía incorporado en su ADN los colores de Independiente. Aunque
fuera de la cancha era serio y reservado, con la casaca roja número 7 era capaz
de las locuras más inverosímiles y de hacer jugar a sus compañeros,
divirtiéndose y divirtiendo al respetable público de la doble visera.
Pongamos que hablo de Raúl Emilio Bernao Gonzalez,
según su DNI, aunque para todos era, y es, el Loco.
Nacido el 5 de noviembre de 1941 en Sarandi. Fue hijo
de Bartolo y Amelia, y hermano de Bartolome, Roberto, Osvaldo, Jorge, Alicia y
Lidia. Su padre y sus hermanos también jugaron al fútbol aunque él, el menor de
los hermanos, fue el más famoso.
Debutó en la primera en 1961, y desde allí realizó una
trayectoria fulgurante. Durante 10 años fue el dueño de la raya derecha del
ataque, y el poeta que hacia maravillas, el gambeteador audaz, el de los duelos
inolvidables con Marzolini, el 3 veces campeón argentino y dos veces de
América.
Después se fue al Deportivo Cali de Colombia y en 1973
se despidió del fútbol en Gimnasia. El 26 de diciembre de 2007 no pudo gambetear a la
muerte, y se fue a hacer sus locuras en el paraíso. Y aunque sus cenizas quedaron en la doble visera, en
el recuerdo de los hinchas jamás morirá.
Josè Galoppo
Nota: Fuente: revista Sport agosto de 1967. Las fotos fueron
obtenidas de Google.