Estos interrogantes los planteo porque se dan, en estos momentos, dos casos que nadie tenía en cuenta por como se venía desarrollando el campeonato de Primera B. En Tres de Febrero están todos para bienes y festejando, cada cual a su manera, por el poder lograr los objetivos planteados al iniciar la temporada.
Estudiantes y Almagro ya lograron, más allá del resultado final, desatar la locura y vivir la esperanza de volver a ser lo que se fue en otros años. dos historias distintas pero que corren en forma paralela.
Estudiantes:
"El Pincha" comenzó la temporada 2015 con ilusiones de pelear bien arriba. En ese momento, Fabián Anselmo era su DT. El equipo proponía una buena idea de juego, intentaba ser protagonista pero los resultados positivos le eran esquivos. Claro, esto trae descontento, baja la moral y hace que no solo los hinchas pierdan la paciencia. El resultado era previsible: Afuera el técnico y a replantear las cosas para ver hasta donde se llega con un buen equipo que no respondía dentro del campo de juego.
La posible solución estaba por Merlo en ese momento. La CD se la jugó al contratar a Juan Carlos Kopriva (estaba trabajando en Argentino de Merlo) que ya había mostrado sus virtudes como entrenador en otros equipos. Y acertaron.
Estudiantes comenzó a mostrar otra actitud, la pelota comenzó a entrar en el arco rival, se jugaba mejor y cuando las cosas no salían como se planteaban, no dudaban en defender lo obtenido. Así, poco a poco, se alejó del fondo de la tabla y empezó a codearse primero con los que ingresaban al reducido, pero termina, hoy, peleando el campeonato.
¿Cuál fue el secreto?. Ninguno; solamente aplicar una metodología de trabajo serio, de bajo perfil y reacomodar algunas piezas. Kopriva sabía que si comenzaba a sumar puntos, el ánimo subiría solo. Y así fue.
Al momento de esta nota, el equipo de Caseros está a tres de la cima y viene en alza. Mete presión viniendo desde abajo y eso asusta a los que hicieron el gasto en la punta. Sus rivales se cuidan más de la cuenta contra el pincha y es el desafío que le gusta al "vikingo".
Almagro:
Si uno aplicaba la frase "esto se cae a pedazos" en el fútbol, era para identificar el andar del equipo de José Ingenieros en el final del torneo anterior y en el comienzo del presente. Ni Finarolli (otra vez se quedó sin energías) ni la dupla Tonelotto-Demus lograban encausar a este equipo que no acertaba una en el arco rival.
Una institución grande para la categoría pero con un plantel sin muchas figuras y con una directiva que tenía (y aun tiene) la intención de reacomodar los números antes de meterse en deudas que perdurarán después. Aun así, tuvieron que dar un golpe de timón para alejarse de la zona roja de los promedios e intentar olvidar la mala racha de 26 partidos sin sumar de a tres.
Y vaya paradoja del destino, el elegido fue Fernando Ruiz. Técnico con pasado de jugador en el eterno rival, al que también dirigió, pero que siempre mostró dotes de buen entrenador y de buen conductor de grupos. Fue resistido al principio (generalmente por el hincha que no es racional sino pasional) aunque con el correr de los partidos todo cambió.
Si tengo que ponerle a alguien el mote de "ajedrecista del fútbol" lo hago con Ruiz. Demostró en Deportivo Armenio que sus métodos logran resultados positivos. Tal vez no se vea a un equipo que luce en la cancha y deleita el ojo del espectador pero no es tarea sencilla superarlo y si golpea primero, no pierde.
Su receta no varía mucho de la de su colega Kopriva. Además le agrega una manera simple y tranquila de dirigirse al jugador, de darle confianza y de trabajar incansablemente. En este Almagro supo articular la experiencia de algunos con la juventud de muchos. Y después de ganar el primer partido luego de mucho tiempo, suma, suma y sube.
Almagro estaba en el fondo de la tabla. Hoy se metió en el reducido y lo reafirmó en las dos últimas fechas al ganarle a Platense y a Tristán Suarez (dos rivales directos para clasificar) con solvencia y sin dejar dudas.
¿Milagros?. No amigo lector; solamente trabajo. Un trabajo, en ambos casos, realizado a conciencia, metódico y alcanzando el compromiso de los jugadores. Esa es la receta más simple en el fútbol. ¿Suerte?. Tal vez un poco; sin ese factor que ayuda, aunque no es fundamental, muchas veces se queda a mitad de camino.
Sea como fuere y a esta altura del torneo, más allá del resultado final, lo realizado por Juan Carlos Kopriva en Estudiantes y por Fernando Ruiz en Almagro es demasiado bueno en este 2015 como para que algunas "mentes" lo ignoren o lo olviden en el futuro.
Alfredo Nicolás Armiento
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