Los aprietes y amenazas de los delincuentes apañados bajo el mote de "barras" de un equipo se volvieron moneda corriente. En ocasiones para solicitar colaboración para "los muchachos" y en otras para exigir que "pongan más" en la cancha porque así se van al descenso. Es la realidad de lo absurdo, y lo peor es que muchas veces hay quienes los apañan y les dan la razón.
En la semana hubo dos casos muy resonantes: En Vélez (no sé cómo hicieron para pasar el perímetro de la Villa Olímpica) y en Gral. Lamadrid (aquí es más fácil ingresar aunque necesitan de apoyo externo).
Lo que ocurrió en Ituzaingó con los jugadores de Vélez es grave; pero fue minimizado por los protagonistas porque, según ellos, fue una charla en buenos términos y sin agresiones. Desde mi punto de vista, la agresión ya se consumó desde el momento en que inadaptados ingresan a un lugar de trabajo para solicitar cualquier cosa. Y eso es lo que es un entrenamiento: Un lugar de trabajo. Y eso es lo que es una interrupción del trabajo: Una agresión. Pero sabrán los del club de Liniers por qué lo permitieron y por qué nadie denunció nada.
Lo más grave ocurrió en Devoto mientras entrenaba el plantel que dirige Mario Rizzi. De esta manera lo relató uno de los más perjudicados, el jugador Peralta Salinas: "Vinieron entre 15 o 20 muchachos y fueron a buscar a Burzac. Le pegaron un cabezazo y le rompieron el tabique. A mí me dieron un manotazo. Aparecieron con manoplas, armas de fuego y navajas. Vinieron directamente a pegarnos". "Varios jugadores no quieren ir más al club. Esto fue una locura, porque si reaccionábamos, nos mataban. Estaban drogados, nos podían matar. Después se suspendió el entrenamiento y vino el Presidente a pedir disculpas. Pero esto no tiene que pasar. Es una vergüenza".
Estas declaraciones fueron realizadas a una emisora y se lo notaba muy molesto al jugador del carcelero.
Lo peor de todo ésto es que hubo colegas que terminaron justificando las acciones de los delincuentes y se la agarraron con algunos medios al manifestar que se falseaban los acontecimientos, los nombres de algunos protagonistas y que fue una charla de la gente de la hinchada que estaba preocupada por el bajo rendimiento del equipo.
Pero el hecho ocurrió, las agresiones están comprobadas y los damnificados lo denunciaron. No me consta si tanto Burzac como Peralta Salinas o el presidente del club radicaron las denuncias policiales correspondientes o lo hicieron en la justicia. De nos ser así, se siguen justificando las acciones de estos violentos que lo único que les interesa es sacar sus propios beneficios sin importarle la integridad física y moral de los jugadores.
¿Acaso un futbolista debe salir campeón siempre?.¿No puede tener un club una mala temporada?.¿ Irse al descenso en una temporada es un delito?. Parece que para ciertos grupos de inadaptados sí. ¿Pero se preguntaron si alguna vez esos delincuentes que exigen hicieron algo positivo por el club del que dicen ser hinchas?. Eso seguro que no.
Lo cierto es que el partido que Lamadrid debía jugar el fin de semana se postergó para el día miércoles 29/9 en otro estadio y a puertas cerradas para evitar la presencia de los barras. Podríamos decir que es una medida acertada, pero el rival es Berazategui, que aceptó la propuesta de postergación. Lo que me "hace un poco de ruido" es que tanto Lamadrid como Berazategui pelean por la permanencia en la C con J.J.Urquiza y Juventud Unida. ¿No se lo puede tomar como una ventaja el jugar sabiendo el resultado de los de Caseros y del Lobo o poder recuperar a algún jugador que estaba en dudas por una lesión?.
Sigue habiendo muchas cosas por corregir en el fútbol de ascenso. Sigue habiendo muchos interrogantes sobre el accionar de estos delincuentes y la indefección de los jugadores. ¿Alguna vez se aclarará quién o quiénes apañan a estos tipos que no solo le hacen daño al fútbol sino a la sociedad toda?.
Esperemos que no haya que lamentar más hechos de este tipo en lo que queda de los torneos y se los pueda meter presos alguna vez. También a aquellos que los cubren o que los defienden.
Alfredo Nicolás Armiento
No hay comentarios:
Publicar un comentario