"¿Qué no haría yo por un voto?" fue la pregunta que hace varias décadas se hizo frente a la prensa un estadista norteamericano. Y sí, si lo trasladamos a nuestro medio, desde tapar un bache hasta cambiar luces o desde otorgar planes sociales hasta regalar bolsones de comida, sin olvidar las zapatillas firmadas, pueden ser cosas corrientes que se hacen por un voto.
Este parece ser el camino que Daniel Scioli, candidato a presidente por el oficialismo, desea tomar. Claro que lo que él pensó para hacerlo se contradice con lo expresado hace algunos meses después de hechos de violencia ocurridos en el fútbol.
El Gobernador bonaerense tuvo la gran idea de juntar algunos votos anunciando que volverán las hinchadas visitantes a la cancha. ¿Usted me dice que es una medida justa y popular?. Podemos estar de acuerdo en que sería una medida justa; pero más que popular yo diría "populista", y hasta le agregaría que absurda por los tiempos que nos toca vivir. Más aun si hago memoria y recuerdo las palabras de Scioli, luego de los enfrentamientos en Laferrere entre hinchas y policías, que expresaban que "en la provincia no se van a jugar más partidos con visitantes, con barras o cualquiera que haga daños en el espectáculo. Tampoco partidos nocturnos".
También en marzo de este año, su Ministro de Seguridad, Granados, manifestó que los visitantes no regresarían a las canchas durante este año (2015).
Como creen que tenemos poca memoria y ya estamos acostumbrados a que los políticos borren con el codo lo que van escribiendo con la mano, el candidato presidencial le pidió a los responsables de la seguridad (encabezados por Alejandro Granados y por el Secretario de Deportes Alejandro Rodriguez) que elaboren un plan para alcanzar tal objetivo.
Además, se reunió con el Secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, para analizar las posibilidades y, al parecer, desde "arriba" le dieron el visto bueno para el intento. Berni dijo que las condiciones actuales estaban dadas y que se podría prestar la seguridad para que los visitantes regresen, incluso en varios distritos del país.
Ahora mi pregunta: ¿Cuáles son las condiciones actuales dadas?. ¿Los hinchas se portan mejor y son monjitas en un convento esperando salir?. ¿Los índices de inseguridad descendieron en nuestra sociedad?. ¿Están enjuiciados y presos los responsables de la violencia en el fútbol?. Personalmente no lo creo.
Los señores funcionarios bonaerenses llegaron a la conclusión que lo harían gradualmente y en aquellos municipios en los que ya hay policía local (son 42, hoy) para que no haya menos efectivos en las calles; lo harían después de la fecha 24 (la de los clásicos) para que no sea tanta la presión y de a un partido por fecha (el principal). Eso sí, solamente en encuentros de Primera División; por lo tanto, el fútbol de ascenso tendrá que seguir esperando y sus canchas se seguirán viendo vacías más allá de algún partido de equipos con muchos hinchas o clubes con muchos socios y con campañas buenas.
En la ciudad de Buenos Aires pasaría algo similar ya que el Secretario de Seguridad Berni manifestó su acuerdo con esta medida.
El detalle que debemos mencionar, y que dicen tener en cuenta, son las luchas intestinas entre facciones de una misma hinchada. Esos clubes tendrán que esperar para recibir visitantes porque sus barras tendrían que ocupar un mismo sector en las tribunas, y parece algo poco probable en este momento. Creo que hasta ahora ninguna de las hinchadas, con al menos dos facciones, solucionaron sus problemas, pero por un voto más son capaces de hacerlo. Conclusión: Hoy ningún club bonaerense puede recibir a los hinchas de sus adversarios. Todos tienen distintas facciones según el color político que les haya puesto algunos "morlacos" en sus bolsillos.
Todo muy bien hasta aquí y son buenas intenciones para aquellos a los que nos gusta el fútbol. Pocas cosas son igualables al colorido de las hinchadas con sus banderas, a ver las tribunas llenas, buenas recaudaciones para los clubes y hasta el aliento para los jugadores, que se ven motivados. Pero después de tanto tiempo en el que se profundizaron divisiones de todo tipo, en que se acumuló bronca y odio, en el que hubo "gastadas" y sectarismos por parte de muchos, cuando hay una "ebullición" social que lleva al más formal a convertirse en un "sacado", ¿Es ésta una medida acertada?. No lo sé; creo que no.
Tampoco es lindo ver canchas vacías y clubes que no pueden hacer una pequeña diferencia económica por jugar sin público.
Esta medida, que podría ser buena para muchos fines (como el electoral), puede acarrearle algunos inconvenientes posteriores a sus autores. Lo menciono porque desde la provincia dijeron que era el momento adecuado para hacerlo y que ya habían hablado con los "referentes" de las "barras" principales para evitar inconvenientes. ¿Hablaron con los barras?.¿No es que no los conocen, como dicen después de algunos incidentes?. Si sabían quiénes eran, ¿Por qué no los detuvieron?. ¿Qué les prometieron para que mantengan compostura dentro del estadio?, ¿Hasta cuando llegará el posible acuerdo?. ¿Era tan necesario pactar con los barras para tomar estas medidas?. Seguramente me dirán que sí porque "manejan" el humor de los hinchas, pero creo que hubiese sido mejor, y más viable, seleccionar a los hinchas visitantes que vayan a ver el partido, evitando a aquellos que cometieron desmanes (saben quiénes son), tengan causas pendientes en la justicia por violencia en espectáculos públicos (casi todos los barras tienen entradas en la Justicia) o hayan cometido contravenciones (trapitos, ventas clandestinas, etc. a los que los políticos y la policía conocen), y favorezcan la concurrencia de la familia y los socios probos de cada club. No es difícil; claro que, tal vez, ellos pueden analizar el tema y no depositar un voto en la urna el 25 de octubre.
Pero si no llega Scioli a la presidencia, ¿El pacto y la vuelta de los visitantes se cae?.
Pese a todo, en el Gobierno Nacional miran de reojo este proyecto porque los obliga a implementarlo en un plazo breve en el resto del país y, al seleccionar dos o tres partidos por fecha, podrían "herir" sentimientos de otros que no sean considerados "importantes". Además, un funcionario conocedor del fútbol le habría manifestado a sus superiores que ésto puede ser un "boomerang" porque nadie le garantiza un arbitraje correcto, tema que sale de la órbita oficial, que no caldee los ánimos en el seno de una hinchada; y puede llegar a ser peligroso y sembrar más violencia. Palabras sabias las de este personaje.
Popular, según nuestro idioma, es algo que se realiza por y para el bien del pueblo y goza de la simpatía de éste. Por el contrario, populista es algo dispuesto para un fin determinado que no siempre es por el bien común y denigra, en muchas formas, al pueblo.
Lamentablemente, esta medida popular se convierte en populista en este momento electoral en particular y en el actual estado social que vivimos. Es cierto que los números electorales previos no son los que Daniel Scioli pretende. Y hay otras medidas más importantes que, si las toma, le aportaría algunos votos más. Pero es lo que hay y lo que más y mejor se podría ver sin tanto análisis.
Termino con las mismas palabras con las que comencé: "¿Qué no haría yo por un voto?".
Le respondo: "Tomar medidas inteligentes para el bien común en lugar de pactar con barras delincuentes". Gracias Gobernador.
Alfredo Nicolás Armiento
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