jueves, 17 de febrero de 2011

CENTRAL CORDOBA: VAQUERO RENUNCIÓ POR CULPA DE UN CANALLA

Generalmente vemos que los técnicos renuncian o "los renuncian" por malos resultados, por el desgaste producido o temas económicos, pero que se vayan por acciones realizadas por supuestos hinchas que tienen intereses en el club no hay muchos casos.
Marcelo Vaquero, técnico de Central Córdoba de Rosario, no estaba pasando por su mejor momento en lo deportivo, ya que el Charrúa navega en medio de la tabla de la Primera C y su continuidad no estaba asegurada si no cambiaban los resultados pese a haber sido confirmado por la directiva.
Lo ocurrido no es común o, al menos, no nos enteramos abiertamente de muchos casos.
Al ser consultado por la determinación de alejarse del cargo manifestó: "Recibí intimidaciones y pintadas. Mi preparador físico fue víctima de amenazas puntuales". Si bien le dieron garantías, las amenazas siguieron. No dieron resultado los cuidados brindados, las prácticas con custodia ni el derecho de admisión para ciertos hinchas.
Ante este cuadro de situación, y sumando las amenazas que también recibió el ayudante de campo Ricardo Trusendi, y a varios autos que fueron "pintados" de los jugadores, la renuncia se hizo indeclinable.
Victor Cornú, presidente del club rosarino, pidió que se revea la situación y continuó ofreciendo garantías, pero no hubo marcha atrás. Vaquero y sus colaboradores no pertenecen más a Central Córdoba.
Pero se estarán preguntando por qué una "canallada". Resulta ser que Marcelo Vaquero era intimidado por un hincha caracterizado (léase barra brava) de Rosario Central porque no ponía en el primer equipo a su hijo. Este delicuente, porque eso es lo que demuestra ser, tiene contactos en toda la ciudad que lo hacen manejarse con impunidad y un "aparato" armado en Rosario con el cual llevaba a cabo las intimidaciones.
El ex entrenador manifestó que "hubiese querido irme por no cumplir objetivos o por malos resultados, pero no por este motivo".
No tenemos la información certera de denuncias realizadas por Vaquero y su gente, pero por la gravedad de los hechos se puede investigar de oficio. A menos que "ese canalla" esté apañado por las altas esferas rosarinas y no convenga que esté "guardado". Restaría saber si este hombre que sigue a Central y su hijo que juega en Central Córdoba, tienen responsabildad en los hechos violentos que suceden en Arroyito cada vez que el equipo que dirige Rivoira juega de local.
Hechos que dan para pensar realmente.

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