LOS ÚLTIMOS FULGORES DE UNA ESTRELLA
Le decían Angelito, Pochi, Pelado y sobre todo Rojitas.
Para los que lo vieron jugar tenía una cintura envidiable, una gambeta
impredecible y la astucia de un gato. Para muchos fue mejor que Pelé, Maradona
y Messi.
El nombre de Angel Clemente Rojas tiene su lugar en el
ascenso, porque además del ascenso con Lanús en 1976, en 1978 con 34 años llegó
a Argentino de Quilmes para cerrar su carrera que inició en Boca a los 18, y
siguió en Municipal de Perú, Racing, Chicago, Lanús y la selección nacional.
Jugando para los de la Barranca, enfrentó por la fecha 28
de ese torneo a Almagro en José Ingenieros el sábado 16-9-1978. No fue el
resultado positivo, porque el tricolor ganó 1 a 0 con gol de Ernesto Herrera.
Ese día Rojitas mostró algunos de sus destellos, pero no fue el mismo que
brilló y fue campeón en Boca. Si me permiten la comparación, pareció el Rosendo
Bottaro del cuento de Alejandro Dolina, cuyo último partido fue en un torneo
nocturno en la vieja cancha de Kelsey 55 y que no pudo con el paso del tiempo.
Sin embargo, en esa temporada, el pueblo del
"mate" tuvo el legítimo orgullo de disfrutar a un grande aunque ya
estaba en su ocaso.
Nota: La fuente es la Revista GOLES del19-9-1978 y las fotos obtenidas de Google.
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