Francia consiguió su segundo título mundial y demuestra que el proyecto iniciado desde antes de su mundial en 1998 sigue dando sus frutos. Con un equipo joven, con proyección al 2022, mostrando momentos de buen fútbol y contundente en el arco rival, el equipo francés jugó su tercera final en los últimos cinco torneos de las que ganó dos. Francia es el campeón del mundo y merecido por cierto.
FRANCIA
4 – CROACIA 2
Era el
candidato. Lo demostró en la cancha, superó todo lo que tuvo enfrente con buen
fútbol y ganas y terminó coronándose por segunda vez en su historia. Acusaban
al equipo francés de “pecho frío” o de arrugar en las difíciles; nos tapó la
boca a muchos y nos hizo disfrutar del fútbol. A sus pies se rindieron Perú,
Australia, Dinamarca a medias, Argentina, Uruguay, Bélgica y la noble Croacia.
Por eso, por ser mejor, terminó levantando la copa.
Del otro lado
estuvo Croacia. Ese equipo que tuvo un duro camino para llegar a Rusia y lo
consiguió en la “repesca”. Hizo bien las cosas, jugó buen fútbol cuando pudo y
cuando no sacó a relucir su gran coraje y corazón hasta el punto de ser la
revelación del mundial. Demostraron que tenían una autoridad en su DT, un
excelente mediocampo y una defensa que cumplía siempre. El camino fue duro para
llegar a la final y lo consiguió a fuerza de suplementarios y penales. Es
merecido el subcampeonato aunque nadie se hubiese sorprendido si ganaba el
mundial.
El partido final
tuvo de todo y fue una final para disfrutarla. Hacía mucho que no se convertían
seis goles en esta instancia. Sí, Francia empezó y terminó mejor; Croacia llegó
cansado en lo físico pero también hizo lo suyo para poder estar más cerca,
sobre todo en la primera parte porque en el complemento los galos demostraron
todo su repertorio y sacaron una ventaja difícil de remontar en este nivel. Y
las 80.000 almas en el estadio festejaron todo y aplaudieron a ambos como si el
título hubiese sido compartido.
La cuenta se
abrió con un gol en contra de Mandzukic que peinó la pelota y descolocó a su
arquero después de un tiro libre que dibujó Griezman y compró Pitana. Lo buscó el conjunto balcánico y empató a los 28 minutos por medio de
una gran acción de Perisic. Pero un penal cobrado entre el VAR y el árbitro hizo que
Griezman pusiera el 2-1 antes del descanso para Francia. En la segunda parte,
en menos de 10 minutos de fútbol champagne, lo liquidó el equipo de Deschamps:
a los 14 minutos Pogba y a los 20 Mbappé pusieron un 4-1 que fue mucho para
esta Croacia que, pese a todo, nunca se entregó. Logró el 4-2 con un regalo de
Lloris (a lo Caballero) que quiso salir jugando y Modric puso el pie para robar
esa pelota y darle cifras definitivas al partido.
Buena final, dos
equipos que merecieron estar en ella y un justo campeón en Rusia 2018.
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario