UN PICADO EN EL
CIELO (de Rodolfo Garavagno)
-A la memoria
de Angel Labruna-
En una cancha improvisada entre las nubes
con tribunas habitadas por estrellas
Nuestro Señor invitó a jugar al fútbol
a los que fueron famosos en la Tierra.
“¿Quién elige?”, preguntó la muchachada
y designaron a Mauriño y a Moreno
para que armaran dos buenos rejuntados
con estilo y alma de potrero.
Eliseo fué buscando a los de Boca
mientras el Charro a los de River elegía.
River-Boca, Boca-River ¡en el cielo!
¡El clásico mayor de la Argentina!
Los xeneizes ya estaban preparados,
pero el Charro, preocupado, daba vueltas
buscando un crack definidor y habilidoso
para poder completar el ala izquierda.
Cuando nadie parecía conformarle
una barra de cometas en la luna,
entonando un estribillo de tablones
le cantaron: “Ese puesto es de Labruna”.
“¡Es verdad!”, exclamó el Charro entusiasmado,
“con el Feo esto sería una milonga...
Traigameló, Señor, nos hace falta,
¡total el mundo ya tiene a Maradona!”.
El Señor, que todo sabe y todo puede,
envió a un ángel a la tierra con urgencia,
y Labruna que charlaba con “El Pato”
escuchó el llamado en su conciencia.
“Un picado en el cielo... ¿Contra Boca?
¡Por supuesto, claro que lo juego!”
Y así fué que se marchó detrás del ángel
¡Nada más que por ganarle a los bosteros!
Angelito querido, te saludo,
aunque soy y seré siempre hincha de Boca,
porque te veo colgado de una nube
pintarrajeando una oblicua banda roja.
Rodolfo Garavagno
Nota: Las fotos son de Google y
solo para ilustrar la entrada.
Gracias por la publicación y por las hermosas fotos. Rivales siempre, enemigos nunca. Rodolfo Garavagno.
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