Nuestro fútbol de ascenso hace que, quienes lo transitamos desde hace muchos años, imaginemos historias alrededor de aquellos equipos que seguimos o que nos resultan simpáticos por diversos factores. Nada es imposible porque esto es fútbol, y por eso, José Galoppo se anima a enviar un mensaje al pueblo "trapero" en esta historia.
DE TI HABLARÁ LA POSTERIDAD (de Lugano a Cuzco)
Esta es la historia de un viaje iniciático, de un viaje en donde la pasión se cruza con la historia, donde un vaso invisible comunica a dos pueblos.
En el barrio de Villa Lugano, en el lejano sur de la ciudad de Buenos Aires, se cuentan más de 100.000 habitantes, que residen en complejos bloques edificios, enmarcados todos ellos por calles empedradas y angostas, y con la imponencia del Riachuelo a lo lejos.
Uno de esos 100.000 habitantes se llamaba Marco Aurelio Poncio. Era profesor de historia de una escuela estatal a donde concurrían chicos de las zonas carenciadas del barrio.
Marco Aurelio tenía la capacidad de unir los contenidos relacionándolos con la realidad cotidiana. Ya que él estaba muy ligado a su barrio, a esas calles que vieron crecer al gran Antonio Roma entre otros.
Y precisamente su otra pasión era el fútbol. Y como no podía ser de otra manera, era uno de esos fieles locos pero a la vez cuerdos seguidores de Yupanqui, el equipo de la barriada. Se lo podía ver en Savio 80, donde iban también a la tribunita algunos alumnos suyos que se sorprendían al verlo...
Una noche, mientras preparaba una clase sobre los Incas, tuvo una iluminación: encontró que muchos de los emperadores tenían este nombre: Lloque Yupanqui, Cápac Yupanqui, Tupac Yupanqui, etc.
Luego, al observar una foto del Machu Picchu, ese coloso enclavado en Los Andes,
se hizo una promesa. Porque faltaba pocos días para que Yupanqui jugara un
partido importante, que podía significar el ascenso...
Y ese partido lo ganó el Trapero, y ascendió por primera vez en su historia. Y Marco Aurelio cumplió su promesa: luego de viajar a dedo, en tren y en micro, pudo llegar al Cuzco, y allí en las ruinas de Machu Picchu, depositó una camiseta roja y celeste, la camiseta que lleva un nombre que une dos culturas, que atraviesa la historia, y que dice: "DE TI HABLARÁ LA POSTERIDAD"
Y ese partido lo ganó el Trapero, y ascendió por primera vez en su historia. Y Marco Aurelio cumplió su promesa: luego de viajar a dedo, en tren y en micro, pudo llegar al Cuzco, y allí en las ruinas de Machu Picchu, depositó una camiseta roja y celeste, la camiseta que lleva un nombre que une dos culturas, que atraviesa la historia, y que dice: "DE TI HABLARÁ LA POSTERIDAD"
José Galoppo
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