No queremos, ni nos interesa, difundir estas noticias. Lo intentamos, pero nuestra función periodística no nos exime de mencionar estos hechos. Con dolor, pero con mucha más preocupación, vemos día tras día como la violencia relacionada con las "barras" del fútbol sigue creciendo. Ya no es la clásica rivalidad entre hinchadas, ahora se profundizó el tema porque hay algo muy importante metido en el medio: Dinero e intereses políticos.
No es lindo decirlo, pero no me sorprende lo que está ocurriendo.
Vivimos en una sociedad violenta, dividida por ese famoso "sos bueno si estás con nosotros y sos malo si no lo estás", agregado a la impunidad que tienen los delincuentes por sobre los ciudadanos honestos y laburantes y la inacción de quienes tienen el deber de brindarnos seguridad y de funcionarios corruptos que desean sacar su tajada política de ésto. Ni mencionar el paupérrimo papel que cumple la justicia en todo este tema.
Los últimos acontecimientos (durante el 2013):
- Hinchas de Midland no permiten jugar un amistoso contra Atlanta por disturbios en el estadio de Libertad como consecuencia de problemas internos.
- La misma "barra" produce incidentes en los alrededores del estadio y se trasladan al mismo durante la disputa de un partido del campeonato de Primera C en una tarde lluviosa.
- Dirigentes de Chacarita son amenazados durante la disputa de un partido del torneo de la B en su propio estadio por, según dicen, otros dirigentes a punta de pistola si no le daban lo que pedía la barra.
- Incidentes con heridos de gravedad antes y durante los torneos de verano.
- Problemas entre hinchas de Huracán y su DT, Llop, por temas internos. Según trascendió, Llop no entregó un dinero que debía recibir la barra de delincuentes.
- Problemas internos en la barra de Tigre que dejan como saldo la destrucción de varios locales cercanos al estadio, heridos y un muerto. La solución, según el Aprevide: Jugar sin público.
- Siguen los eternos enfrentamientos entre las facciones de la hinchada de Nueva Chicago. Se llegó a decir que jugarían sin público lo que queda del torneo (pedido por los dirigentes) y, por ahora, juega fuera de su estadio. También son eternos los de la hinchada de Almirante Brown.
- Problemas entre los distinto grupos de la hinchada de Boca. Como saldo quedaron heridos.
- Por un reparto de entradas entre los violentos que van a ver a Gimnasia de La Plata, se produce una balacera y queda un muerto y un herido de gravedad.
- Barras de San Telmo amenazan al jugador emblema del equipo, Jorge Daolio, que amenazó con no volver a entrenarse en el club. Le dieron seguridad para que regrese. Hay que ver hasta cuándo dura la misma.
- Enfrentamiento entre gente de Nueva Chicago y la policía bonaerense durante el partido del Torito con Gimnasia de La Plata. Varios heridos y detenidos.
- Barras de Deportivo Morón producen incidentes en el partido contra Berazategui por la Copa Argentina al querer descolgar una bandera de otro grupo de barras. Varios golpeados; sin detenidos. La justicia dice estar investigando.
- Otra vez barras de Morón se cruzan con los de Huracán en San Juan con el saldo de varios heridos. Se jugaban dos partidos, con diferencia de tres horas entre sí, en al estadio de aquella ciudad por la Copa.
- Violentos de Los Andes apedrean el micro de Chacarita y amenazan a sus dirigentes luego del partido que se jugó en Lomas de Zamora por la Primera B.
- Gastón Turus, defensor de Belgrano de Córdoba, es agredido por una policía cuando los jugadores del pirata se acercaron a la tribuna donde los efectivos policiales hacían evacuar, a los golpes, dicho sector del Marcelo Bielsa en Rosario.
- En este fin de semana, un micro con hinchas de Colón se va de la columna custodiada hasta el estadio de River y van, directamente, a agredir a hinchas millonarios en Av. de Libertador.
- Hinchas de San martín de San Juan producen incidentes y arrojan proyectiles a los jugadores. El partido se suspendió a minutos del final. Su equipo perdía 3-0.
Podemos mencionar muchos más que no salen a la luz, pero sería interminable la lista. Mencionamos los más destacados por los titulares de los diarios. Los problemas de violencia se dan en todos los torneos argentinos, desde los de liga locales hasta la Primera División.
Las soluciones:
No las hay !.
Bueno, sí las habría. Lo escribo en potencial porque no alcanza con los discursos ni con la creación de organismos como el Aprevide y otros que solo llevan confusión y hacen que veamos fútbol hasta los martes de madrugada. Hace falta compromiso político y sacarse las caretas. Son necesarios funcionarios preparados para estos temas y dirigentes honestos que, realmente, quieran combatir a los violentos que están hundiendo a sus clubes. Hace falta una justicia y efectivos policiales que no vean esto como un negocio, que no tengan miedo y que no "arreglen" con los violentos para liberar zonas, para dejarlos hacer y para eximirlos de cumplir las leyes. Hace falta sacar a la política nacional, provincial y municipal de todo lo relacionado con el fútbol.
Cada uno tiene una lista de posibles soluciones. Cada uno lee y analiza de distinta manera lo que está ocurriendo con la violencia en el fútbol. Cada uno tiene sus intereses en ésto. De lo que sí estoy seguro, es que sin un compromiso real de las partes interesadas, la violencia no se acaba más.
Mencionamos que antes los problemas eran entre barras de clásicos rivales. Muchas veces no pasaban de golpes de puños afuera del estadio (en los ´70 o en los ´80), pero recrudeció con los vicios de la sociedad: Drogas, dinero, "contrataciones" para algunos actos a favor o en contra de alguien, etc.
Hoy hay más rivalidad interna en las hinchadas que con los clásicos adversarios de turno. Punteros políticos han buscado la mano de obra de violentos para "enquistarse" en algún club, en algún puesto o para amedrentar a sus rivales. Varios dirigentes decidieron figurar en la política nacional, provincial o municipal y los contratan a cambio de favores. En los barrios más pobres y vulnerables, algunos funcionarios públicos los usan para distribuir "ciertos elementos no aptos para una sociedad sana" y se marcan divisiones territoriales. También, hoy en día, muchos "jefes barras" distribuyen dinero de planes sociales; además de los favores que dirigentes de clubes le conceden a los delincuentes que se dicen hinchas de fútbol y se rasgan las vestiduras diciendo que hay que combatir este flagelo.
La situación general:
Los funcionarios de la Justicia tienen miedo; otros arreglan. Los dirigentes se ponen caretas de hierro y dicen no conocer a los delincuentes que los amenazan, aunque todos saben quienes son y por qué están allí. Los funcionarios políticos nos inundan con discursos esperanzadores, pero miran para otro lado cuando algo pasa. Los hinchas genuinos y los socios de los distintos clubes no hacen denuncias por los hechos que presencian; por el contrario, algunos se sacan fotos con "la barra". Y nosotros, los periodistas, muchas veces miramos para otro lado en lugar de denunciar públicamente estos acontecimientos y dar nombres, no solamente apodos.
Tenemos que comprometernos todos de una buena vez o esa pasión que podemos tener por el fútbol se apagará indefectiblemente.
El fútbol, la pasión de los argentinos; el que nos hace llorar y reir muchas veces. El deporte en el que todos nos reflejamos. Ese fútbol, se está muriendo.
Hagamos algo, por favor.
Alfredo Nicolás Armiento
PD: Las fotos fueron tomadas en forma aleatoria y no todas reflejan los hechos mencionados en el sumario de los acontecimientos.
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