Bruselas, Bélgica.
Estadio Heysel
Miércoles 29 de mayo de 1985
19.15 (hora local)
La final de la XXX Copa de Europa (hoy Champions League) concitaba la
atención del mundo futbolístico. En ella se enfrentaban el Liverpool F. C. de
Inglaterra y la Juventus de Turín de Italia.
Era el duelo entre un equipo que fue 4 veces campeón en 8 años contra otro
que había perdido la final dos años antes en Atenas. El duelo entre un fútbol que dominaba Europa y otro que venía en alza tras
la conquista mundial de 1982. Pero también era el duelo entre patotas: los hooligans ingleses que
destruían todo frente a los ultras italianos igual de violentos.
Así las cosas, en el epicentro de la Unión Europea, la ciudad del Atomiun,
todo pintaba para ser una fiesta.
Pero algo pasó... En el viejo estadio de Heysel había 60.000 personas, la mitad ingleses y la
mitad hinchas juventinos venidos de Italia o radicados en Bélgica.
Los hooligans comenzaron a atacar a los italianos en las tribunas, los
cuales huyeron y chocaron con las vallas protectoras produciéndose (como en
River 17 años antes o en Lima hacia 21) choques, aplastamiento y asfixia.
La Policía belga y la sanidad tardaron en reaccionar, y cuando lo hicieron
ya había 39 fallecidos, los que fueron ubicados en un costado de la cancha.Pero el show debía continuar, y el partido se jugó a las 21.40 (1 hora de retraso) y en medio de un clima de tensión. La televisión alemana canceló la transmisión, la austríaca lo hizo sin sonido y la italiana lo hizo del modo más impersonal y aséptico posible, poniendo en pantalla el teléfono del consulado italiano en Bruselas para los familiares en procura de Noticias.
Finalmente, la Juventus ganó 1-0, con gol de Platini, un partido que nunca
debió jugarse y que marcó un antes y un después en el fútbol europeo.
José Galoppo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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