“Porque
vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir
que somos quien somos,
nuestros
cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos
tocando el fondo”.
(Gabriel
Celaya)
En lengua croata, Mirko es apocope de
Miroslav que significa "Príncipe de la paz y la justicia". Y si acaso fuera cierto que el nombre
encierra un destino, hay que decir que Mirko Saric fue un jugador con toques de
un Príncipe.
Nació el 6.6.1978 en Buenos Aires. Sus
padres fueron Antonio e Ivana, de familias croatas llegadas tras la guerra. Sus
hermanos fueron Mariana, Mirna y Martín.
Tras hacer infantiles y juveniles donde
coincidió con Diego Figueroa y Bruno Calabria entre otros, Jorge Castelli lo
hizo debutar en primera en 1996 con 18 años.
Después, Alfio Basile y Oscar Ruggeri le
dieron rodaje. Coincidió en primera con Saja, Franco, Erviti, Romagnoli y otros
pibes que le darían a Boedo, con los años, sus ansiados títulos
internacionales. Con su pinta de Galán y su juego
atildado pintaba para triunfar y jugar afuera.
Sin embargo, su baja en el rendimiento,
problemas personales, las lesiones y la exclusión del plantel lo hicieron tocar
el fondo del que nunca más pudo salir hasta irse de este mundo hace ya 20
años.
¿Qué hubiera sido de haber vivido? Nunca
se sabrá. Lo cierto y lo concreto es que el peor rival de Mirko Saric fue Mirko
Saric; un cuervo de nombre croata, pinta de actor y juego de príncipe, que hoy
seguramente defenderá los colores azulgranas en el cielo junto a Jacobo Urso,
el “Loco” Doval, el “Nano” Arean, el “Chino” Coudannes y el “Tomate” Pena.
José Galoppo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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