VILLA DÁLMINE 1 – 3 BARRACAS CENTRAL
En Campana jugaban Villa Dálmine y Barracas Central. El Guapo buscaba la final por el ascenso y el Viola terminar bien la temporada. Con los goles de Glaby, Vàzquez y Martinez, Barracas le ganó a Dálmine y lofró meterse en la final. Francisco Nouet había descontado para los de Campana. Final con incidentes y sin amonestados.
Se sabía que Barracas Central, por la campaña realizada, por equipo y experiencia de sus jugadores (más allá de algún factor externo) era el favorito para quedarse con un lugar en la final y dependía de sí mismo. Mientras que Villa Dálmine no tenía nada por que pelear más que terminar ganando la temporada; y eso no motiva a nadie. En líneas generales fue lo que pasó en Campana: un equipo motivado con jugar la final por el ascenso y otro que salió a la cancha solamente para cumplir.
El partido comenzó movido y se puso lindo porque
los dos intentaban llevar peligro al arco rival. Intentaba Barracas y Dálmine
no se quedaba atrás. Tanto Bilbao como Gagliardo tenían trabajo y eran
responsables, en parte, del empate parcial. Pero parecía que el local no se la
iba a hacer fácil a los dirigidos por De Paoli. Luego de un tiro de esquina que
hizo Valenzuela, todos quedaron mirando como entraba Glaby para meter el
cabezazo y el 1-0 para la visita. Ahí cambió el partido.
Los de Franchini ya no llegaron como antes y
Barracas se fue acomodando mejor y jugando con el resultado. Por momentos
parecía que la defensa del Viola no estaba en la misma sintonía que sus
atacantes porque cometían errores, estaban lentos en la reacción y muchas veces
observaban como llegaban los delanteros del Guapo. El primer tiempo terminó 1-0
y con Barracas Central a la final.
El complemento mostró a Barracas Central muy
superior, jugando a su gusto y manejando pelota y tiempos. Villa Dálmine estaba
en otra cosa: seguía cometiendo errores, regalando faltas increíbles y siendo
lentos en las respuestas. El arquero Bilbao era el que hacía que el resultado
siguiera siendo el mismo del primer tiempo. Pero otro error infantil en la
salida desde el fondo del violeta, apareció Vázquez y puso el 2-0 que parecía
irremontable para el local.
Con un trámite que no cambió mucho, Francisco Nouet logró el descuento y fueron los mejores 10 minutos de los dirigidos por Franchini. Generó un par de faltas a favor pero no lograron más que eso. El broche de oro llegó en el tiempo agregado con el gol de Martinez para poner el 3-1 definitivo y luego ocurrió lo que siempre repudiamos: la provocación de un jugador, el arquero Gagliardo de Barracas Central, a la platea y al banco de Villa Dálmine. Con coronita y pasividad del árbitro no recibió ni una amarilla. Provocación innecesaria porque todo estaba definido y Barracas Central, el caballito del comisario, en la final.
Gustavo Negredo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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