Lo cierto es que casi nadie pensaba que iba a tomar tanto vuelo en las últimas temporadas. Es que, salvo Huracán y Estudiantes de La Plata, dos de los considerados grandes, no había otras participaciones de tales equipos en el mismo. Sí de campeones como Argentinos Jurs. y Chacarita, también Ferro; pero de los más ganadores, ninguno.
Con el descenso de Central primero, Gimnasia de La Plata y River Plate hace dos temporadas, el torneo se "recategorizó" e hizo que, por manejos políticos, se sumara a Fútbol para Todos y dejara de estar en los suplementos de ascenso de algunos diarios; algo así como una "primera división paralela".
Ahora llegó otro grande, uno de los ganadores de más copas internacionales para nuestro país: Independiente de Avellaneda.
El club de Avellaneda sufrió en carne propia los malos manejos de dirigentes comprometidos con cualquier cosa menos con el club. Desde aquella época en que aparecía como el "club modelo", bien en lo económico y en lo deportivo, con gente que siempre apoyaba, a este Independiente de hoy, hay un trecho demasiado grande. Muy poca gente sabe lo que pasó realmente más allá de las informaciones de la prensa.
Es cierto que los últimos tiempos de Hector Grondona no fueron los mejores, pero desde aquella fusión entre Ducatenzeiler y algunos que prometían el oro y el moro, pasando por el empresario Julio Comparada y con la actualidad de Javier Cantero, la institución se fue sumergiendo en un abismo del que no es fácil salir.
Negocios espurios, contrataciones imposibles de pagar, proliferación de la violencia de barras en el club, discursos carentes de realidad y muchas cosas más, hicieron que aquel club modelo hasta mediados de los ´80 esté viviendo un presente que ni el más pesimista de sus hinchas hubiera imaginado.
En lo deportivo no hubo coherencia ni en el estilo futbolístico ni en la política de contrataciones implementadas. Se escuchó más a la tribuna que las ideas provenientes de mentes que aun pensaban.
Desfilaron muchos técnicos que no mantenían una línea de trabajo parecida a la de su antecesor y quedaban en el camino muchos jugadores caros. Para mejor, el "semillero" de inferiores estaba devastado.
Desfilaron Ramón Díaz, el "Tolo" Gallego, Cristian Díaz, Garnero, nuevamente el "Tolo", pero nadie encontró la manera de darle al equipo un estilo de juego acorde a sus necesidades. Claro, nadie pensaba en bajar de categoría.
En el inicio de la pasada temporada, Independiente estaba en puestos de descenso. Nadie creía que la AFA iba a soportar que otro grande vaya al Nacional, pero ocurrió.
Javier Cantero, su presidente, quiso convertirse en el paladín de la lucha contra la barra, pero lo dejaron solo, y, cuando analizó bien los números, se dio cuenta de lo tarde que era "salvar" al equipo de un destino que estaba cantado.
Entre actos de violencia recurrentes, asambleas imposibles de entender, intereses políticos que socaban cualquier posible solución, Cantero se la jugó y llamó a Miguel Brindisi. Fue su "manotazo de ahogado".
El bueno de Miguel le puso el pecho a las balas y aceptó.
Si bien no pudo evitar el descenso al Nacional B, el equipo tuvo otra fisononía. Jugó mejor, arriesgó más e intentó ser protagonista. Todo el combo invita a pensar que el paso por el Nacional será breve.
Ahora bien, en las arcas del club no hay un peso; se trata de conseguir gente que pueda aportar dinero para armar un equipo que quedó "pelado" luego del descenso. No se ven contrataciones de gran nivel y sí muchas caras nuevas provenientes de las inferiores. El DT sigue trabajando para conseguir lo necesario para ser competitivo en un campeonato del que cada vez es más difícil salir.
Independiente es el grande del torneo. Todos van a querer salir a ganarle y a "salvar" la temporada contra ellos. En el ascenso, la presión es mucha y la impaciencia crece fecha tras fecha si los resultados no aparecen. ¿Podrán manejar sus jugadores todos estos factores?. La respuesta se dará cuando comience a rodar el balón.
Es tiempo de tener la mente fría, no responder siempre a los impulsos del hincha y manejarse con cautela.
Si bien muchos equipos creen que pelearán por dos ascensos solamente ya que Independiente es el candidato puesto, no parece que esto será así.
Se podrá considerar un fracaso si no logra volver a Primera en una temporada, pero puede ser el momento de sanear el club en todos los aspectos y luego sí, alcanzar el regreso triunfal.
El camino es largo. No hay que desesperarse.
Alfredo Nicolás Armiento
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