La función
de un periodista es la de reflejar la realidad, de decir la verdad. Luego
aparecen los matices cuando nos tomamos la atribución de opinar (También está
dentro de nuestras funciones). El gran dilema surge cuando algunos debemos
“disfrazar” esa realidad o responder a ciertos intereses. Incluso cuando
intentamos ganar audiencia tenemos que endulzar los oídos con lo que muchos
desean escuchar. Pero, por más vueltas que le demos, la realidad es única y,
tarde o temprano, termina imponiéndose a todo.
Esta
reflexión surge a consecuencia de comentar lo que está pasando en nuestro
fútbol. Y no me refiero a temas de dinero o políticos, que siempre van a
imperar en el deporte más popular en nuestro país, sino a lo competitivo de los
mismos; al juego en sí.
Argentina
se convirtió en una potencia en los últimos tiempos; esto es real más allá de
algunos tropezones en las competencias. Somos exportadores de jugadores hacia
los principales equipos del mundo y nuestra selección es “top 10” desde hace
décadas. Por este motivo, es de esperar que nuestros torneos sean competitivos
y despierten la atención de todos los aficionados.
En la
Primera División llegan cuatro equipos con posibilidades de ser campeón: San
Lorenzo (32 puntos), Velez, Lanús y Newwell´s (30). Deben enfrentarse entre sí
en la última fecha y la audiencia será multitudinaria. Durante todo el
campeonato hubo cambios constantes en la punta y resultados sorpresivos que
hicieron que, hasta el domingo pasado, pudieran ser seis o siete los equipos
que llegaran a definir al campeón del Torneo Inicial 2013.
En el
Nacional B, para mí el mejor campeonato argentino, muchos son los candidatos a
los tres ascensos a Primera, y aun faltan 22 partidos para saber quienes se
quedarán con esos lugares. La emoción y el suspenso van en alza.
En las
categorías menores, especialmente en la Primera B, a falta de una rueda son
muchos los que están a la expectativa (En 11 puntos están encerrados 19 de los
21 equipos participantes y una buena racha hace que el que hoy está en zona de
descenso pueda aparecer como uno de los candidatos al título). Algo parecido
ocurre en las otras divisiones, la C y la D, donde nadie puede “cortarse solo”
hacia la consagración.
“Vibrante y
emocionante definición” vociferan los relatores. Pero....¿Es tan así la
cuestión?.
Si tengo
que vender diarios u horas de publicidad les repito lo mencionado por relatores
y comentaristas. Aunque si tengo que darle un baño de realidad al tema, me gano
el odio de muchos hinchas y consumidores. Señores, la verdad por lo que pasa
esto es la mediocridad reinante en nuestro medio futbolístico. Es cierto
que las definiciones se convierten en “apasionantes” al haber varios posibles
campeones; pero si los hay es porque se juega muy mal al fútbol. Nadie muestra
una verdadera identidad dentro del campo de juego; hoy un equipo golea al
puntero y mañana pierde por escándalo contra el último.
Muy pocos
buscan ser protagonistas en la cancha y, a cambio, vemos equipos que “juegan a
no perder” para poder decir que no fueron superados y que merecieron más
suerte. Sí, muchos “merecen”, pero en el fútbol hay que hacer goles para ganar
y eso es lo que falta: El juego necesario para crear situaciones para convertir
goles.
¿Alguno se
puso a pensar por qué la Selección Argentina se conforma con jugadores que
están en equipos del exterior y solamente unos pocos del medio local son
relleno del plantel?. La respuesta es simple: La competitividad de dichas ligas
son muy superiores a la nuestra, y los trabajos específicos se realizan a
conciencia y a largo plazo contra los “remiendos” y la desorganización que
impera en Argentina. Acá, si un equipo pierde tres partidos, el DT se tiene que ir; si el equipo no gana,
los jugadores son “pechos fríos” y no merecen vestir la camiseta del club. Pero
nunca nos fijamos en los grandes errores dirigenciales y organizativos que
tenemos.
La imagen de nuestro fútbol: La pelota gastada
El deseo de
todos, me incluyo por supuesto, es decir que nuestros torneos tienen
definiciones magníficas y con varios postulantes al título. Pero me gustaría
decirlo porque puedo ver en la cancha un partido emotivo, con protagonismo y
lealtad de parte de los futbolistas y honestidad del entorno de nuestro fútbol.
Hoy por hoy, y por lo visto en el medio local, no puedo mencionar más que las
falencias que tenemos en la materia y bregar por un orden y una correcta
organización. A partir de allí, podremos crecer.
Alfredo Nicolás Armiento
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