En la AFA cada vez
es más difícil encontrar un referente que pueda tomar decisiones que sean
perdurables en el tiempo. Cada dirigente busca agua para su molino, la FIFA nos
metió a cuatro miembros de una comisión que ni sabe lo que tiene que hacer, y
se le reclama al Gobierno más dinero por algo tan malo como es la organización
de nuestro fútbol.
La FIFA decidió mandar una Comisión Normalizadora para la
AFA. El ente máximo de nuestro fútbol tiene millones de pesos de deudas, clubes
del ascenso a los que les deben casi 80 millones de pesos, otros clubes cuyos
dirigentes se gastaron millones en adelantos de TV y piden más; también existe
una pésima organización de los torneos y nadie se atreve a poner un peso para
mostrar este bodrio al que llamamos campeonato de fútbol argentino.
Aquellos dirigentes que apoyaban la famosa Superliga
consiguieron algunos aliados más, entre ellos “los Moyano de Independiente” y
el “Chiqui” de Barracas junto a otros más del ascenso; ¿Por qué?, sencillamente
porque pensaban que era la única manera de obtener dinero fresco y a futuro
para sus clubes y sus negocios por afuera de la AFA.
¿Qué hubiera pasado si se aprobaba y ponía en funcionamiento
la Superliga?. Recibirían el dinero de la TV (el que entrega el Gobierno),
comenzarían de cero en su manejo, pero dejarían a la AFA residual sin un solo
peso para hacer frente los pagos de deudas, mantener a las selecciones
nacionales y a las categorías menores del ascenso.
¿Qué pasó finalmente?. La FIFA no reconoció la famosa
Liga que se había aprobado porque no existe en el mundo, ni se puede adecuar a
los reglamentos vigentes, una Liga con 30 equipos; deben ser no más de 20 o 22
cuanto mucho, siendo 18 el número más aceptado por el organismo internacional.
Por ese motivo, el Gobierno, nuevamente, tenía que entregar el dinero del
contrato de Fútbol para Todos heredado. Claro que ese dinero sería depositado
parte en AFA y el resto en las cuentas de los clubes a los que se les debitaría
el monto de sus deudas con el Estado (AFIP, ANSSES, etc), esto llevó a pensar
la manera de solicitar más dinero al Estado por parte de los principales
dirigentes.
El primer punto que se cruzó en el camino fue el saber
quién es el interlocutor válido en la Casa del Fútbol Argentino. Armando Pérez,
presidente de la comisión designada, no es muy reconocido por sus pares porque
están convencidos que el Presidente de la Nación lo puso en ese lugar como una
intervención del Gobierno, pero él está más preocupado por encontrar nuevo
técnico para la Selección que de buscar nuevos contratos para los clubes o por
negociar los nuevos derechos de televisión. Y los restantes miembros de la
Comisión Normalizadora no se sabe bien cuál es la función específica que deben cumplir.
Por otro lado, no se animan ni a hablar de dinero frente a la Sra. Alicia López
y al ex juez Piotti, los veedores de la Justicia, por temor a ser embargados
por los desmanejos realizados entre el 2009 y el 2015.
Ante este panorama, volvieron al pié del Gobierno
Nacional pero con un as bajo la manga (o eso creían tener los principales
dirigentes). La jugada que hicieron para obtener más dinero fue mencionar que
había un grupo internacional dispuesto a poner 3000 millones de pesos si se
hacía la superliga y que por culpa de las intervenciones se perdieron por el
momento, y lograron que los fondos se pudieran estirar hasta los 2300 millones.
Parecían todos contentos, pero algunos metieron la pata al hablar de más.
Se comenzó a declarar sobre la ruptura del contrato del
Fútbol para Todos de manera unilateral y cosas por el estilo, porque había
gente dispuesta a pagar lo que realmente valía el producto y no las migajas que
daba el Gobierno, entonces, los principales referentes hicieron presión
nuevamente para ganar algo más. En ese lapso se le sumó un reclamo legítimo a
la AFA por parte de los clubes del ascenso a los que les deben más de 75
millones.
Los interlocutores del Gobierno Nacional indagaron sobre
las posibles ofertas y se reunieron con los referentes de la Superliga, del
ascenso y de la AFA. En ese encuentro no solo no le entregarían los 2300
millones, sino que le darían solamente lo que restaba del año (unos 960
millones)y no se había pagado hasta el momento. En total serían 1800 millones
de pesos, aproximadamente, por el año 2016. Ante los reclamos de los dirigentes
del fútbol por la cifra, la gente que maneja los intereses gubernamentales
explicaron que iban a pagar lo estipulado en el contrato sumado al índice de
inflación, “total, para fin de año
ustedes piensan rescindir el contrato porque hay otros que ponen más plata.
Para nosotros y el Estado Argentino eso es mucho mejor”, fueron las palabras
del principal negociador. Además les solicitó que comiencen a jugar porque
hasta ese momento no habría ni un peso.
Ahora todo está al revés: Los dirigentes que
acostumbraban apretar a funcionarios y negociar con ellos según sus condiciones,
ahora se vieron “apurados”; tuvieron que aceptar lo que había porque su jugada
les salió mal.
Hablaron de más y están pagando las consecuencias.
Tendrán que hacer bien las cosas de una vez o llevarán a la ruina total, mucho
más que ahora, al fútbol nacional.
En la AFA no encuentran un interlocutor válido y tienen
que cuidarse mucho por sus actos. También es así la situación porque en la
calle Viamonte nadie sabe qué es lo que tiene que hacer o a quién hacerle caso.
Lo que sí está mucho más claro es que en Balcarce 50
respiran más aliviados, porque lo que desean no poner un peso más en las manos
del fútbol. Dinero que malgastan y no lo usan para los fines serios que
tendrían que usarlo (cubrir deudas, pagos de sueldos, ponerse al día, etc…) y
que sería mucho más útil en otras áreas como la salud y la educación. Si esto es así, mis respetos y aplausos para
el Gobierno Nacional y que los dirigentes de los clubes de fútbol argentinos
aprendan a menejarse con lo que tienen.
Espero poder ver un fútbol más sano y más puro en esta
segunda mitad del año.
Sandra Cicchetti
desde Paraná -Entre Ríos-
para Ascenso con Estilo
Nota: Las imágenes fueron obtenidas de Google y son solamente para ilustrar la nota. Gracias.
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