ARGENTINA 0 (2) – CHILE
0 (4)
La selección
Argentina no pudo quedarse con la Copa en su tercera final consecutiva (dos en
Copa América y una en el mundial) y se desató un mar de dudas con respecto al
futuro de nuestro fútbol. Argentina no jugó bien, aunque por momentos fue
superior a su rival, y desperdició muy buenas ocasiones para ganar antes de
llegar a los penales. En esa instancia, nuevamente fallaron los mejores. Chile
volvió a festejar.
Si analizamos fríamente el partido final entre Chile y
Argentina, la selección de Martino fue levemente superior a los vecinos. Dominó
en la primera mitad y gran parte del segundo tiempo, creó situaciones que
fueron desperdiciadas o que hicieron lucirse al muy buen arquero chileno, y
solo padeció algunos sobresaltos bien resueltos por “Chiquito” Romero.
Chile hizo lo que debía hacer: Parar los circuitos que
involucraran a Messi, agruparse bien en zona para presionar y apelar a la
“falta táctica” para que Argentina no llegara con mucho peligro. Resignó juego
colectivo en ataque y apeló a rápidas contras. Con eso le alcanzó para llegar a
los penales.
En el tiempo suplementario esperó, fue dominado y
contragolpeó cuando tuvo la ocasión. En líneas generales el partido fue
mediocre, ayudado por el impresentable árbitro brasileño Heber Lopes. Un gordo
pelado que gesticula demasiado, que no mira ni entiende el contexto general,
que cobra faltas absurdas y no ve las principales, y se cree más protagonista
que los 22 jugadores. Y fue muy malo para los dos; no digo que perjudicó a
Argentina, sino que dirigió mal para los dos lados. Chile se tenía que quedar
con nueve jugadores por la reiteración de faltas y le perdonó la vida a
Aranguiz; en cambio terminó pagando Diaz por doble amarilla. Expulsó a Rojo
cuando era solamente amarilla, hizo gestos que ni sus asistentes entendieron, y
no midió igual un par de faltas de Funes Mori y de Biglia. En pocas palabras,
fue impresentable por dónde se lo mire. Eso sin comentar que no se ubica bien
en el campo, chocó con los jugadores (caso con Messi, a quién él le hizo falta
y la cobró. Y otra vez con Bousejaour), ni se apoya en sus asistentes.
En los penales, nadie pensaba que el mejor iba a fallar,
y mucho menos después de la gran atajada de Romero a Vidal. También falló
Biglia y los chilenos acertaron los otros.
Ganó Chile y ratificó su título logrado el año anterior.
Y digo que fue merecido porque supo jugar esta final contra cierta apatía que
mostraron algunos jugadores argentinos.
Vamos al análisis del equipo del “Tata” Martino. Antes de
conocer la formación inicial, yo pensaba y estaba convencido que no se podía
perder este partido. Lo digo porque con Lamela se ganaba frescura y era la
descarga para Messi (se vió en los últimos minutos), Kranevitter podía manejar
mejor la salida y la contención junto a Mascherano, y Biglia, que no estaba al
ciento por ciento, podía jugar más relajado. La defensa estaba bien y en el
ataque se había ganado confianza.
Cuando escuché que jugarían Di María (lo apuraron en la
recuperación de su lesión) y Ever Banega (tenía sobrecarga muscular), sumado a
Marcos Rojo (con algún problema también), mi impresión cambió. El interrogante
era: ¿Serían capaces estos jugadores de “matarse” en una final o su cabeza les
pasaría factura por las lesiones?. Algunos dirán que con el diario del lunes
cualquiera comenta; pero lo pensé antes del partido.
Di María no tuvo su explosión habitual por la lesión y
Banega sintió el ritmo. Ni hablar de Rojo que se hizo expulsar por una falta y
una reacción absurda digna de un chico de categoría 2005. La “cabeza”, lo
psicológico, le jugó una muy mala pasada (nuevamente) al equipo argentino. Esto
hizo que Messi quedara solo, que no pudiera con la férrea marca que tuvo y,
cuando pudo, nadie se mostraba como auxilio para el mejor.
Por otro lado, si bien creo que Martino es el técnico
ideal para esta selección y espero que siga al frente de la misma, el DT estuvo
algo lento de reflejos. No supo aprovechar ese cuarto de hora en el que
Argentina jugó con un hombre más que Chile adelantando las líneas y
presionando; no observó que Di María no estaba bien en lo físico y que Banega
no podía más. Los cambios llegaron tarde y volvió a cambiar “figuritas”. Aunque
Higuaín se pierda dos goles, el tercero
lo mete porque así son los goleadores; pero prefirió ponerlo a Agüero, que no solo es un "comegordas" sino que también desperdició una ocasión tras otra y no pesó como en su equipo. Lamela ingresó tarde y
hubiese sido una buena opción al salir Di María. Pero cada técnico tiene su
“librito” y es dueño de administrar el equipo como mejor considere.
Vuelvo a decir que Argentina mostró y buscó más que
Chile, pero no pudo. En los penales jugó mucho la “cabeza” de los jugadores, y
en eso los vecinos trasandinos estuvieron mucho mejor y ganaron desde los doce
pasos.
Y para finalizar, me pregunto si estos resultados de los
últimos años son casualidad o causalidad.
Desde mi punto de vista es causalidad.
Las declaraciones previas, lo que ocurre en la AFA y con el fútbol argentino
todo, jugadores que recién después de un año cobraron los premios de la Copa
América 2015 y, con suerte, cobrarán a fin de año lo de esta edición; sumado a
tener un técnico que no cobró en los últimos cinco meses, un supuesto
presidente de AFA que se vuelve a Argentina porque no sabe si es el titular o
fue removido de su cargo, más todo lo que rodea a nuestro ámbito futbolístico,
terminan haciendo mella en jugadores que están acostumbrados a otra cosa. Por
eso, los malos resultados en las finales son causalidad de todo lo demás.
Hasta que no nos ordenemos en lo institucional no habrá
títulos para festejar. Es así, le guste a quién le guste o me insulte el que
desee. La única culpable es la AFA.
Chile es otra vez campeón y si hay que llorar (creo que
no) están las iglesias.
El tercer puesto
tuvo aroma de café.
ESTADOS
UNIDOS 0 – COLOMBIA 1
El sábado se jugó el partido por el tercer puesto. Ese
que nadie quiere jugar. Y los hechos demostraron que es así, porque ambos
equipos pusieron muchos suplentes, jugaron por el compromiso, e intentaron
“probar” algunos temas tácticos a futuro.
Colombia terminó ganando 1-0 ante una buena selección
norteamericana que cumplió su mejor papel a nivel continental y por mérito
propio.
El gol lo hizo Bacca y la selección cafetera, con
Pekerman a la cabeza, se subió al podio en el tercer escalón.
Alfredo
Nicolás Armiento
Nota: Las imágenes son de la página oficial de la Copa América y de Google.
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