ARGENTINA 1 – ISLANDIA
1
El equipo dirigido
por Jorge Sampaoli no pudo en su debut en el mundial de Rusia y terminó
empatando en un gol con la debutante Islandia. Agüero abrió la cuenta y
Finnbogason empató las acciones. Messi desperdició un penal que desvió el
arquero Halldorson.
El fútbol es un deporte hermoso, simple, que destaca habilidades de los que las tienen, presencia de otros y entrega de la mayoría. No todos pueden ser Messi, pero si suplantar limitaciones técnicas con orden y entrega en favor del equipo. Eso es lo que posee Islandia. ¿Islandia? Se preguntarán algunos. Sí, Islandia. Un país en el medio del Mar del Norte que hace una década comenzó a trabajar para mejorar su fútbol. Contrató gente que conocía del tema, algunos de sus jugadores fueron a jugar a otros países europeos, planificaron a largo plazo, clasificaron a la Eurocopa 2016 donde fueron sorpresa (dejaron en el camino a Inglaterra) y hoy están en Rusia disfrutando de su primer mundial. Y quién les puede quitar la alegría de su primer partido. Lo recordarán por siempre.
Con esa simpleza y juego de equipo, sumado a una buena defensa que no fue marca personal sino un escalonamiento zonal que fue casi infranqueable para los argentinos, los “Vikingos” hicieron que nuestra selección perdiera dos puntos y de los más importantes. Islandia hizo lo suyo, básico y simple, pero sabiendo sus límites y que el rival era superior. Una superioridad que solo se notó realmente en la primera parte cuando Messi estaba enchufado y Agüero pudo poner el 1-0 a los 19 minutos. Parecía que Argentina comenzaba a hilvanar una victoria cómoda pero no fue así. Islandia se animó, salió del acoso argentino inicial y llegó al empate aprovechando un grosero error de los defensores que hicieron complicar al arquero Caballero. Solo iban 22 minutos de partido.
El resto fue una excelente producción defensiva de Islandia, a veces cortando con faltas tácticas y otras anticipando bien la lentitud argentina, aunque en algunos pasajes se animó y creó alguna que otra situación. Argentina probó casi todo pero no tuvo los intérpretes adecuados: Mascherano ayer estuvo bien pero muy lento y demasiado pase atrás. Su socio Bliglia no se sabe a qué jugó. Di María no es el mismo de hace algunos años, falta que se lesione, y la defensa no mostró firmeza ni seguridad. Solo Messi se destacó pero le faltó la compañía necesaria para descargar el balón y desmarcarse para quedar frente al arco; en pocas palabras le falta el Iniesta del Barcelona y en esta Argentina nadie puede hacer algo parecido.
Además el nerviosismo del DT que entregó sus convicciones futbolísticas, o al menos las que pregonaba, se fue contagiando a los jugadores y todo se volvió anárquico. Así se consumió un partido en el que sí, Argentina mereció más; pero en el fútbol se gana haciendo goles y no mereciéndolos. No crea que esa superioridad sobre el “11 del odontólogo islandés” fue mucha: apenas algo por la jerarquía individual de nuestros jugadores. Pero “jugar en equipo un fútbol asociado y simple”, como marcan los manuales, paga mucho más que 11 buenas individualidades. Eso es lo que pasó en Moscú entre Islandia y Argentina.
De todos modos que esta excursión termine bien para
nuestra selección depende solamente de los jugadores y del DT. Tienen que
encerrarse, dialogar bien sobre qué es lo que quieren, meter las variantes
necesarias porque las hay y salir a comerse crudo a los croatas. Si pasan esa
prueba con cierta tranquilidad, la cosa puede cambiar de color y ver en el
horizonte de este mundial un arco iris en el que se le pueda hacer un gol en la
final. Depende solo de los jugadores y de su compromiso. Veremos si el hielo
islandés logra despertar a los buenos jugadores que hay en el plantel.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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