Hace unos días
salieron a la luz los montos de las deudas de los clubes, con la AFA y con el
fisco. La respuesta fue una reunión para reflotar la Superliga y manejar el
dinero que ingrese desde enero haciendo una especia de puente por sobre la
Comisión Normalizadora. ¿Pero todos apoyan a “los grandes?. Y lo que se debe….¿Quién
lo paga?.
Que el fútbol argentino es un mundo aparte, no hay duda
alguna. Que nadie se hace cargo del malgasto de dinero que ingresó en los
últimos años, tampoco hay dudas. Pero los órganos recaudadores nacionales están
dispuestos a cobrar lo que le deben y cuando esto ocurre, la persecución es
implacable (al menos para los contribuyentes comunes).
La duda que siempre nos queda es por qué estos organismos
“se durmieron” durante tanto tiempo si cuando alguno de nosotros no paga el
monotributo por un par de meses nos llueven cartas documentos y hasta nos mandan
a las fuerzas públicas por si nos fugamos. Ni que hablar de no pagar impuestos
a las ganancias o ingresos brutos y, mucho menos, los aportes previsionales.
La mayoría de los clubes de fútbol en Argentina le deben
dinero al fisco. Algunos más de 70 millones, otros algo menos y muy pocos están
al día. Nadie presentó balances ni mostró en qué se gastó el dinero que Fútbol
para Todos le entregó. Para ser justos, algunos lo hicieron aunque no muy
detallado. Y como siempre los evasores tienen una coartada, la respuesta no fue
acercarse a normalizar su situación sino buscar algún atajo para obtener más
dinero sin tener que pagar nada.
Los principales presidentes y representantes de los
clubes argentinos se juntaron por fuera de la AFA para diagramar la Superliga,
redactar estatutos propios y dividir las posibles ganancias. Prepararon un
documento de intención fundacional y se comenzó a buscar avales. Claro que esta
última es la parte más complicada.
En primer lugar hay que ver quién se hará cargo de los
derechos y si la FIFA la aprueba. Para que esto ocurra su entidad madre debe
estar libre de deudas, cosa que no se da en Argentina, tienen que presentar una
conformación viable de competencia, tampoco lo es con treinta equipos, y hay
que armar por lo menos una primera y una segunda división. En este último punto
no habría problemas en sumar a la B Nacional como segundo torneo, pero el
problema aparece cuando se habla de dinero. Los dirigentes de la segunda
categoría piden, al menos, el 25% de los ingresos y eso es una traba para los
clubes grandes. Pero se sigue negociando.
Por ahora hay 20 firmas como avales, deben juntar 53 de
todos los integrantes. ¿Llegarán al número?. No solo es un tema de dinero las
tratativas con la B Nacional, también aparecen los cargos de representación y
cosas por el estilo.
Ahora bien, si se cristaliza el proyecto será bueno para
algunos, aceptable para otros y pésimo para muchos. Nadie se puso a pensar en
cómo se van a pagar las deudas que se les reclama ni cuáles son los temas
jurídicos que se deben manejar alrededor de una liga de estas características.
No nos olvidemos que la formación en sí misma y la manera en que desean
manejarse se acerca más a las famosas Sociedades Anónimas o S.R.L. que todos
desestiman que a los formatos actuales que conocemos.
Por un lado puede ser una buena solución para la
organización general; resta ver cuál será el papel de la AFA. Por otra parte no
muestra una seguridad jurídica ni igualdad de condiciones para todos los socios.
Y a todo esto: Las deudas vigentes, ¿Quién las paga?. Es algo
muy difícil de responder.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las fotos son de Google, de archivo y del Diario Olé a solo fin de ilustrar la nota.
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