"¿Alguna vez estuviste enamorado? ¿Hiciste alguna vez algo realmente loco por eso?" (preguntó una vez Jaime y continuó). Bueno, yo una vez lo hice. Resulta que cuando estudiaba en el Normal de San Martín tenía una compañera, se llamaba Rebeca. Era hermosísima, vivía en Villa Devoto aunque siempre estaba en Villa Lynch porque el padre tenía una fábrica textil por allá. Bueno, yo siempre estaba enamorado de ella pero nunca me animé a decírselo. Todos mis compañeros lo sabían, sobre todo Adriano, mi mejor amigo desde la primaria... Una vez le pregunté a Rebeca si le gustaba el fútbol, y yo era hincha de Chacarita. Ella me dijo que sí, y que era de Argentinos, ya que el padre era de Paternal, y como tantos del barrio, era de los bichitos o, como también les decían, criollos. Ahí se me ocurrió una idea, y se la comenté a Adriano, y él me dijo que era una locura, pero lo convencí.
Una tarde, le dije a mis viejos que íbamos con Adriano a
la casa de Rebeca a estudiar. Fuimos caminando hasta la plaza, y tomamos el
colectivo, pasamos por Villa Lynch, cruzamos General Paz y llegamos a una casa
cerca de la plaza de Devoto, sobre la avenida Beiró. Adriano me preguntó: "¿y qué vas a inventar?". Yo
le dije: "la pelota siempre al diez,
dejamelo a mi". Tocamos el timbre y le dijimos: "Rebeca, queremos hacerte una serenata", "¿Qué serenata
si no tienen guitarra?", "Una serenata distinta", y arranqué
primero con: "Luz, Mascarello,
García, Distéfano, Pederzoli, Nappe, Carbone, Martín, Trigilli, Panzutto,
Sciarra"... En eso se asomó el padre de Rebeca y antes de que nos tirara
con algo recité: "Moreno, Valentino, Ditro, Sainz, Ramaciotti, Malazzo,
Canseco, Pando, Carceo, González y Sciarra...", o sea los equipos del
55 y del 60, hasta ese momento los mejores de la historia del bicho. El padre
dijo: "los felicito... pero vayanse
a estudiar antes que llame a sus padres y a la policía..." No nos
alcanzaban las piernas para ir a tomar el colectivo...
Después que terminamos el secundario, a Rebeca no la vi más. Supe que se había ido a vivir a Israel y sigue viviendo allá... nunca más volví a enamorarme, pero ahora, con los años entiendo los que dicen que las cosas que uno hace por alguien, no las hace por nadie..."
José Galoppo
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