Cuando todo el país
comenzaba a pararse por la pandemia del coronavirus, nuestro fútbol, con algún
guiño del Poder Ejecutivo en un primer momento, quería seguir disputando sus
torneos a puertas cerradas. De la manera en que se lo mirara era un gran
papelón. Pero en lo que va del año, hasta que se decidió parar finalmente y,
estoy seguro, porque la postura de un club como River Plate, de cerrar sus
instalaciones, las de sus jugadores que no quisieron presentarse, y las
declaraciones de muchos, que compartían la postura de los “millonarios” pero
debían presentarse bajo presión de sus dirigentes le metieron presión a los
popes del fútbol argentino, la AFA y, obviamente sus dirigentes, venían cometiendo
un papelón tras otro.
Todo comenzó a finales
del año anterior cuando se comenzó a hablar de reducir el número de descensos a
la hoy Primera Nacional. Claro, varios de los comprometidos eran clubes
importantes, de gran arrastre de público y que protagonizan clásicos que dejan
buenas ganancias. Nombramos a los dos equipos rosarinos, a los santafecinos, a
Gimnasia de La Plata, que dejaba renga a media ciudad, y alguno más. Esos
dirigentes metieron presión y, a pocas fechas de iniciado el campeonato, ya se anunciaban
que serían tres los descensos. Algo que tendría que ser confirmado por Asamblea
a desarrollarse a fines de diciembre.
Pero ya se venía
manejando otro gran papelón: Rescindir los contratos de TV para manejar otras
opciones (incluso un nuevo fútbol para todos) de mayores ingresos para los
equipos, la Superliga y la AFA. Claro que uno de los actores sobraba porque en
ciertas ocasiones ponía demasiadas piedras en el camino como hacer que los
contratos de jugadores estuvieran al día, que los clubes no tuviesen deudas y
los que las tenían, que las pagasen, que no se contratara si el plantel no cobraba
los sueldos como corresponde, y esas cosas que son comunes en el fútbol
mundial, que deberían ser comunes en el nuestro, pero nunca lo serán. Ese actor
que sobraba era la Superliga. Como ahora los vientos políticos nacionales
viraron nuevamente, volvió lo de antes: el desorden general y los pedidos de
favores a la AFA.
El presidente de la
Asociación del Fútbol Argentino, Claudio “Chiqui” Tapia, no vio con malos ojos,
sino todo lo contrario, muchos de los pedidos de los dirigentes ahora
encabezados por Nicolás Ruso y Jorge Ameal. Sumado al nuevo acercamiento de
Rodolfo D’onofrio y a las pretensiones personales de Marcelo Tinelli. Todo
sumado hizo que quedaran confirmado solo tres descensos, que se disolviera la
Superliga desde el próximo torneo, que se renegociarían los contratos de TV y,
lo más importante, “Chiqui” sería presidente por los próximos cuatro años. La
nueva elección debía ser en 2020, pero decidieron el resultado por anticipado.
Ya en este 2020, con
algunos resultados que se estaban dando en el campeonato y como “había que
salvar” a algunos, se comenzó a hablar de solo dos descensos. En medio de la
definición por el campeonato nuevamente aparecían los fantasmas que cambian el
reglamento mientras se desarrolla la competencia. Marcelo Tinelli se hizo cargo
de la Superliga residual hasta tanto se armara el nuevo organismo dependiente
de AFA que manejara el fútbol y las reuniones iban y venían. Se habló de dos
descensos y una promoción, de ascender a los ganadores de ambas zonal y que el
ganador del reducido jugaría una final contra el antepenúltimo en los promedios
de la Superliga, y miles de cosas más. Hasta que llegó el caos.
Boca se quedó con la Superliga, River padeció un pésimo arbitraje en Tucumán en el partido final, y se debía apuntalar al Gimnasia de Maradona y a Colón, que caía en picada. Protestas de Patronato, Aldosivi y Central Córdoba de Santiago, pero todo seguía igual. La pandemia del coronavirus hizo que se jugara sin público la fecha del fin de semana entre el 6 y el 8 de marzo en todas las categorías, estaba la idea de seguir, pero, por lo ya mencionado, no hubo más remedio que parar.
Nadie sabe qué pasará
y cómo seguirá todo esto. AFA no tiene ni idea de cómo terminar la temporada
2019/20. ¿Quiénes subirán se categoría y quiénes descenderán?. ¿Cómo serán esos
ascensos y descensos? ¿Quiénes jugarán las distintas copas?. Esos son los
interrogantes que no tienen respuesta, aún, y que seguramente mostrarán más
papelones de la casa de nuestro fútbol y sus dirigentes. Continuará....
Darío
Schonfeld
Nota: Las fotos fueron
obtenidas de Google para ilustrar la nota.
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