Es verdad que cada vez que se llega al final de un campeonato, en cualquiera de sus divisiones, se tejen entramados sobre las definiciones en el campeón y en los descendidos. No es novedad que siempre parece haber "alguna cosita extra" para aquellos que no se juegan nada pero se convierten en árbitros involuntarios del futuro de otros equipos.
La famosa incentivación, desde mi punto de vista prima hermana del soborno si el que "aporta" es un tercero, está a la orden del día en esas instancias e, incluso, fue defendida por un presidente de Primera División diciendo que pondría una oficina en AFA para "incentivar". Lo peor es que ese presidente es Senador Nacional, quien debería mostrar algo de ética y moral ante estos dichos. Pero así es nuestro fútbol.
En la temporada que acaba de finalizar se dio algo muy particular en la Primera B. El famoso fixture sorteado (¿Sorteado?) a principios de la misma quiso que en las tres últimas fechas se enfrentaran entre sí aquellos que peleaban por mantener la categoría. Claro, nadie sabía hasta promediar el torneo quienes iban a ser esos equipos.
Defensores de Belgrano y Deportivo Morón, dos pesos pesados e históricos en la categoría, iniciaban el torneo en la zona roja. Algunos otros aparecían complicados, pero dependían de sí mismos, y unos pocos ni pensaban estar en dicha situación.
En este torneo tan irregular, donde cualquiera le ganaba a cualquiera, equipos que comenzaban relajados y lejos de la zona de descenso (caso Flandria) se encontraron luchando por quedarse, y otros que los daban por descendidos (caso Fénix) aparecieron peleando el segundo ascenso.
El desarrollo del campeonato fue bastante normal, con los altibajos de todos los equipos, y se llegó a la definición. Defensores de Belgrano (el más complicado), Deportivo Morón, UAI Urquiza (el novato) y Flandria (tenía 22 puntos sobre los de Belgrano al comienzo), eran los candidatos a la C. Se sumaría Villa Dálmine, sobre el final, por su racha negativa en la recta final del torneo, y por la división de puntos en dos campeonatos a diferencia de otros que dividían por tres. En este aspecto, los de Villa Lynch estaban más tranquilos porque solo dividían por el actual, y ganando subirían mucho en el promedio.
Últimas fechas. UAI hilvanó una serie de victorias que lo hicieron depender de sí mismo. Y logró su permanencia ante el mismísimo Flandria, que se cayó a pedazos durante el torneo, ganándole 2-0 y relegándolo a la Primera C. Pero antes, tuvo que jugar en Libertador y Comodoro Rivadavia y no la pasó muy bien, ya que padecieron acosos y malos tratos (manifestado por los protagonistas) de los cuales nunca habló Achile, y terminaron derrotados. Se repusieron y, por mérito propio, sigue en la B. UAI antes había derrotado a Dep. Morón, complicándolo bastante.
El mismo día de UAI-Flandria en Villa Lynch, jugaban en el oeste Deportivo Morón y Defensores de Belgrano (el comienzo se retrasó 15´ y no está claro el por qué). Defensores solo podía ganar y esperar porque quedaban libres en la última fecha. Y ganó bien y también padeciendo acosos de parte de la hinchada local que produjo algunos desmanes.
Mientras tanto, Villa Dálmine se complicaba al no poder ganar, pero seguía dependiendo de sí mismo.
Llegó la última parada. Morón visitaba al ya descendido Flandria y si perdía tendría que jugar un desempate con Defensores; siempre y cuando no perdieran los de Campana. Por su parte, Dálmine recibía a Colegiales, el peor de todos en la temporada. Esto último hacía pensar que los "violetas" no tendrían problemas.
Ahí es cuando comenzaron las sospechas que sembró Achile. Manifestó haber hablado con Monzón (ex DT del "canario") quien le dijo que si veía algo raro él se iba. Y se fue antes del último partido. Mencionó, además, que había arreglos para que Colegiales "vaya a menos" y cosas por el estilo. Finalmente, pasó de todo y no pasó nada a la vez. A todo esto, la gente de Belgrano esperaba.
Renuncia Monzón en Jáuregui, Flandria presentaba una mezcla de titulares y suplentes ante Morón, y el partido finalizó 0-0. Eran más interesantes las carreras de sortijas que se desarrollaban detrás del Carlos V que el partido en sí. Desde Campana llegaba la noticia del gol de Pérez para el local y la salvación de Dálmine. Colegiales había presentado mayoría de suplentes y juveniles. Terminaron 1-1 y le alcanzó a los de Rondina para seguir en la B.
Coclusión: Defensores de Belgrano descendió de categoría. Marcelo Achile explotó y no se guardó nada. Cruzó acusaciones con todo el mundo y embarró a todos. Cuánto de lo que dijo es cierto, o no, lo mostrará el tiempo y las posibles pruebas y solamente lo saben los protagonistas.
Ahora bien, si hablamos de lo estrictamente deportivo y estadístico, tanto Morón como Villa Dálmine eran superiores a sus rivales y no era extraño sendos empates o victorias de ellos.
Que Flandria jugó relajado y con varios suplentes, es verdad. Pero el equipo ya estaba descendido, y algunos jugadores no estaban con buen ánimo para jugar. Pedro Monzón manifestó que se alejó porque ya estaba acordado que al descender se iba y que dirigió hasta el día anterior porque no había quién se hiciera cargo. Agregó que "si le decían de ir para atrás, los incendiaba a todos".
Por Munro las voces no se callaron. El presidente, Rodrigo Gonzalez, manifestó que había mucha histeria y que ellos querían ganar. Pero llevaron juveniles a Campana y licenciaron a muchos titulares. De todos modos, si dichos jugadores estaban habilitados desde el principio del torneo y formaban parte del plantel, está dentro del reglamento que puedan jugar; y si no ganaron fue porque el "tricolor de Munro" fue el peor de todos en la 2013/14 y lo pagará en los promedios durante el próximo torneo.
No hubo nada antirreglamentario hasta acá. Se dieron estos resultados y no queda nada por hacer.
Si el Sr. Achile tiene pruebas de "maniobras extrañas" debe denunciarlo y presentarlas. También tendría que aclarar qué quiso decir en algunas audiciones radiales cuando mencionó, faltando tres fechas, "tengo que ver como me manejo". Son palabras que pueden ser interpretadas de distintas maneras. También pudo haber pensado que Defensores venía haciendo malas campañas y este momento podía llegar.
En el desorden de organización que vivimos en nuestro fútbol todo y más en el ascenso; con espectáculos tan mediocres y donde se juega a "no perder" y no a "ganar"; en un fútbol "devora-técnicos" y falto de proyectos a largo plazo (salvo algunos que siguen a paso firme) y donde las suspicacias están a la orden del día, Defensores de Belgrano, club de rica historia y de peso en nuestro ascenso, tendrá que jugar en la C desde el próximo semestre.
Pero quédense tranquilos, el retorno está a la vuelta de la esquina si prosperan las reformulaciones de campeonatos al mejor estilo Grondona, y el comienzo del 2015 los ve, nuevamente, en Primera B. Hay que entender que un descenso de categoría no es la muerte de nadie.
Alfredo Nicolás Armiento.
Nota: Fotos obtenidas de Google.
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