Debo decir que ya son muy pocas las cosas que me sorprenden. Mucho menos las cosas que suceden en el fútbol argentino en cualquiera de las categorías. Pero de suponerlo o de conocerlo "off de record" a que uno lo escuche, sin tapujo alguno, de boca del presidente de un club y, lo que es peor, de la boca de un Senador de la Nación, ya me da bastante temor.
No hablo del temor a que algo me pueda ocurrir, sino del temor a que todo en este bendito país quede dado vuelta y no podamos retomar los carriles de la normalidad y de la ley.
Es sabido que cuando los campeonatos están llegando a su fin siempre se habla de la famosa "incentivación" a jugadores de algún equipo que no tiene nada por que pelear. Se dio la casualidad que dicho equipo, que enfrentaba a un candidato al título, se había salvado del descenso y sufre atrasos en los pagos de sus haberes; por lo tanto, algún dinero extra no viene nada mal.
Siempre que se hablaba de estos temas, los implicados se enojaban, se escondían o se reunían en lugares donde nadie podría llegar a verlos. Ahora, ni les interesa; si hay gente, que escuchen; si hay periodistas, los miramos mal y ya está. Sí, son las "libertades ganadas", según se dice, en esta última década.
Particularmente, no veo mal que los directivos de tal o cual club incentiven a sus propios jugadores por obtener ciertos objetivos o ganar un clásico; pero si el dinero lo aportan "terceros implicados" que se beneficiarían con ese resultado, la cosa ya es distinta. Y tan distinta es que está penado por la AFA, y se lo ve como un soborno encubierto. Hasta, creo, que también está penado por ley si se puede comprobar (algo casi imposible).
Es presidente del Quilmes Atletic Club, el Senador Anibal Fernandez, explicó que "si por él fuese, abriría una oficina en la AFA para hacer los depósitos para la incentivación". Pero aclaró que "lo que está mal es pagar para ir para atrás". Realmente, si él no me lo decía, yo no me daba cuenta.
El Senador Fernandez defendió su postura diciendo que "todo parece raro cuando alguien no es careta y lo dice abiertamente", entonces quisiera saber cómo es que su equipo terminó permaneciendo en Primera ganado partidos que parecían imposibles y con rivales que no levantaban las piernas.
La incentivación existe, existió y existirá. Todos los que de alguna manera estamos en ésto lo sabemos, y si alguna vez estuvimos como jugadores en algún equipo, mucho más. Y también puedo asegurar que a algunos les han hablado para "no ir tanto para adelante" durante la historia de nuestro deporte. Pero lo que me molesta, y mucho, es que una persona, con fueros, Senador de la Nación, defienda actos nefastos y fuera de los reglamentos. Justamente él, que se jacta de ser un lego, siempre correcto y que dice defender la ley; no solo defenderla, también participa en la redacción y aprobación de las mismas.
Para ser considerado "alguien" en la función pública, debe demostrar compromiso para con los ciudadanos, aunque piensen distinto; honestidad y claridad en sus actos, tanto de gobierno como privados; tener sentido común y, sobre todo, una intachable "moral". El Senador Fernandez me demostró que no sabe lo que es tener autoridad moral y, de ahora en más, espero que pueda pasar cualquier cosa en nuestro medio. Si se me permite, le recomendaría que ponga al día los sueldos de los jugadores de su equipo, que le pague al cuerpo técnico lo que les prometió (se lo prometió en moneda extranjera, justo él) y que no descuide a los empleados del club (algunos no cobran y están en negro).
Alfredo Nicolás Armiento
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