Continuando con la saga de los "Ferguson", es decir, aquellos técnicos que dirigieron muchos años un mismo equipo con grandes resultados competitivos, hoy vamos a hablar de uno de los Ferguson de nuestro país, que defendió sus colores dentro y fuera de la cancha y fue maestro de futbolistas y entrenadores.
Pongamos
que hablo de don Victorio Spinetto, un romántico del fútbol, nacido en 1911 y
quien debutó en Vélez en 1932. Volante central y defensor, fue el primer
goleador de su puesto en un mismo partido, cuando en 1937 le hizo 4 goles a
Chacarita. Marca que 30 años después igualó el tucumano Rafael Albrecht jugando
para San Lorenzo. Jugó 210 partidos en el Fortín, marcando 45 goles, y en
1938/39 tuvo un paso por Independiente, en donde aunque fue campeón y jugó con
De la Mata, Erico, Sastre y compañía, fue suplente de Raúl Leguizamón. En 1940,
tras el descenso de Vélez y debido a una lesión dejó el fútbol, además de haber
formado parte de la selección nacional en el Sudamericano de 1935 en Lima.
Pero
el drama se convirtió en oportunidad, cuando don José Amalfitani confió en él y
lo nombró técnico. Permaneció en el banco de Liniers durante 14 años, hasta
1955, en los cuales obtuvo el ascenso de 1943 y el subcampeonato de Primera en
1953, lo que fue, hasta 1968, la mejor campaña fortinera con un equipo de gran
solidez defensiva que explica, en parte, el apodo de "Fortín" y que
salía de memoria: Adamo, Huss, Allegri; Ovide, Ruiz, García; Sansone, Conde,
Ferraro, Zubeldía, Mendiburu.
Tras dejar el club, dirigió a otros equipos como Atlanta, Racing, Ferro (gran campaña en 1974) y Argentinos. Y además dirigió la selección nacional en 1959/1961, ganando el Sudamericano en Buenos Aires. Promovió a jugadores como Bianchi, Bassedas, Simeone y Camps y formó a técnicos como Zubeldía y Griguol. En sus últimos años, estuvo a cargo de las divisiones inferiores, de Vélez, donde falleció en 1990. Su marca de 14 años consecutivos como técnico de Vélez fue un récord en el fútbol argentino por 67 años, hasta que otro Ferguson la superó. Pero esa es otra historia.
José Galoppo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google para ilustrar la nota.
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