LA PELOTA EN LA BARRICADA
Si
acaso hubo una década agitada en el siglo XX, por todos los cambios que se
produjeron, sin duda alguna fue la de 1960. Y si hubo un año agitado dentro de
esa década fue el de 1968: la ofensiva del Tet en Vietnam, las huelgas obreras
en Italia, la tensión étnica en Estados Unidos, las muertes de Martin Luther
King y Robert Kennedy, la Primavera de Praga... y el movimiento de mayo en
París.
Como
se sabe, todo comenzó el 2 de mayo cuando un movimiento estudiantil pidió la
reforma universitaria frente a un sistema envejecido y anquilosado. Pero la
represión del gobierno en lugar de aplacar, incentivó la agitación: se sumaron
los estudiantes secundarios y los obreros, declarándose una huelga de
10.000.000 de personas que paralizó el país y puso en jaque al gobierno del
héroe nacional francés, el general De Gaulle. Y junto a los obreros y los
estudiantes, se sumaron los futbolistas. Y tenían motivos.
El
fútbol profesional francés tenía un sistema que ataba a los jugadores a sus
clubes de por vida, salvo en caso de que los compraran, y no reconocían la
libertad de los pases. Los jugadores, encabezados con dos cracks con conciencia
de clase: Raymond Kopa (antiguo obrero minero) y Just Fontaine (criado en los
barrios pobres de Rabat), tomaron la sede de la Federación y exigieron además
de la libertad de contrato, una temporada breve de ocho meses y mejoras en los
estadios.
Aunque al igual que el movimiento estudiantil y obrero, el del fútbol se disolvió, marcó un antes y un después en la Liga francesa, que se convirtió, con el tiempo, en una de las más importantes de Europa.
José Galoppo
Nota: Fuente: "El fútbol a sol, y sombra" de Eduardo Galeano. Las fotos fueron obtenidas de Google para ilustrar la nota.
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