Las semifinales del Mundial 2014 nos dieron sorpresas inesperadas. No por los cuatro seleccionados participantes, que se los consideraba favoritos, sino por un resultado insólito y rendimientos individuales inesperados. A la postre, Argentina y Alemania repetirán final una vez más.
BRASIL 1 - 7 ALEMANIA
" Buscaban el hexa y encontraron el hepta"
Nadie lo podía pensar aunque muchos lo soñaban. Ninguno lo esperaba. Brasil, el más ganador en estos campeonatos, el organizador, el "caballo del comisario", se comió siete goles en su tierra y en una semifinal.
Estoy seguro que si este partido se juega diez veces más y con los mismos protagonistas, el resultado nunca será igual. No me refiero al ganador porque Alemania le puede ganar a Brasil en cualquier momento y viceversa, pero no existe tal diferencia entre equipos de primer nivel en el fútbol actual.
Ante un equipo calculador, frío en su despliegue, que conoce todos los capítulos de los manuales del fútbol y lleva varios años de trabajo y desarrollo, no podés salir a "matar o morir". Intentar encerrarlo rápidamente es casi un suicidio deportivo. Y eso es lo que hizo Brasil: Quiso ganar el partido desde el vamos y nunca midió las consecuencias. Alemania esperó bien agrupado y, luego del chubasco inicial, fue una máquina demoledora y efectiva en el arco contrario.
Por momentos parecía que jugaba solo y que estaba en un entrenamiento con juveniles de algún equipo.
Brasil se perdió totalmente en la cancha después del primer gol; quiso empatar lo más rápido posible y se olvidó de defender, algo que no se puede hacer ante este equipo alemán que no está dispuesto a perdonar nada. Y no perdonó.
Con un juego de alto vuelo, solidario en sus líneas, que se supo defender con buenos relevos y atacar con sus proyecciones por las bandas para desairar a los marcadores brasileños, además de no perdonar errores del rival, Alemania nos deleitó con su fútbol. El 5-0 de la primera etapa exime de mayores comentarios. Todos los DT del mundo deberían conseguir el video de esa etapa; ahí se resume lo que se explica como "fútbol total", ese que solamente el Holanda de 1974 supo mostrar.
Miroslav Klose se convirtió en el goleador absoluto en campeonatos mundiales y Brasil sufrió la humillación más grande desde que el fútbol es considerado profesional. ¡Nada menos que Brasil!.
Alemania llegó a una final nuevamente (será su octava vez) y pinta como el candidato firme a ganar su cuarto título. Tendrá que definir contra nuestra selección por tercera vez.
ARGENTINA 0 (4) - 0 (2) HOLANDA
"Amor propio, compromiso y una estrategia interesante para volver a meterse en una final"
Después de 24 años, nada menos, Argentina está en la final. Repetirá con Alemania, por tercera vez, en su quinta final de un mundial. La victoria ante Holanda, si bien fue por penales, mostró la otra cara de esta selección, la que no vemos: La estrategia ante rivales que parecen ser más en la previa. Y esa cara es la importante en el fútbol, porque te marca si un equipo juega bien o no.
Es verdad que no salió un partido vistoso para el público. Los dos priorizaron la tenencia del balón para no dejarlo armar juego a su rival. Con la marca escalonada que Argentina le aplicó a Robben y que Holanda hizo sobre Messi, no permitieron que la pelota saliera con claridad de los piés de quienes más sabían. Con un Van Persie apagado y un Higauín que no jugó como contra los belgas, las opciones de gol se iban desvaneciendo. Y hubo pocas, realmente.
El mérito del equipo de Van Gaal fue el no desacomodarse nunca en defensa y mantener a raya a los creadores argentinos. Eso lo obligó a resignar ataque y buscar recuperar la pelota en el medio, cosa que no logró por el buen despliegue argentino. Robben estuvo bien contenido, Kuyt no tenía proyección preocupado por los avances de Enzo Perez y De Jong, la rueda de auxilio en el medio, perdía ante Biglia y Mascherano. Así, Holanda se preocupó más por lo que podía hacer Argentina que por lo que ellos mismos podían realizar.
Los méritos del equipo de Sabella fueron el no desesperarse ante los pocos embates naranjas, el saber esperar la posibilidad de armar las jugadas, las coberturas en defensa retrasando a Mascherano o a Biglia según quien recuperaba primero, y el no depender exclusivamente de Messi para llegar al arco rival.
Un funcionamiento de equipo muy bien desarrollado y trabajado por todos los jugadores.
Era obvio que, con mucho juego táctico y estratégico por parte de los dos, no se sacaran diferencias. Terminó 0-0 y fueron al alargue.
Ambos intentaron, por momentos, algo más. Hubo algunas llegadas y la más clara la tuvo Holanda con Robben que conjuró muy bien Mascherano, la figura a esa altura del partido. Ya sin piernas, cuidaron la pelota y se resignaron a la definición por penales. Esta vez, Van Gaal no pudo hacer la "psicológica" al meter al arquero Krull. Sus jugadores comenzaron a sentir la presión de una nueva final que se les escapaba.
Argentina sacó fuerzas vaya a saber de dónde, pero fueron suficientes para ser un poco más que este frío equipo holandés.
Celissen no es bueno en contener penales. "Chiquito" Romero se lució al atajar dos y convertirse en el otro gran héroe de la jornada. Maxi Rodriguez no falló, venció las manos del arquero de Holanda y le rompió el arco. Era el 4-2 definitivo y el tan esperado pase a la final del equipo argentino.
El partido que nadie quiere jugar lo disputarán los locales, Brasil, contra los del freezer en el pecho, Holanda.
La final queda destinada a los ordenados y calculadores alemanes contra los del corazón y las garras gigantes, Argentina.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las fotos son de la página de Brasil 2014 y capturas propias de TV.
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