ALEMANIA 1 - 0 ARGENTINA
Gol de Mario Götze a los 7´del segundo tiempo suplementario.
Era un partido muy esperado. La final más repetida en la historia de los mundiales (se enfrentaron en tres ocasiones). Alemania llegaba más que entonado por la humillación que le propinó a Brasil, en su mundial, por 7-1, mientras que Argentina había superado, por penales, a Holanda pero habiendo jugado uno de los mejores partidos de la copa en lo que a táctica se refiere.
Era la hora de definir un nuevo campeonato del mundo, y dos abonados a estas instancias estaban ahí. En el mítico Maracaná de Río de Janeiro.
El campo de juego parecía un tablero de ajedrez con los jugadores como piezas. Demasiado estudiado en los primeros 10 minutos. Alemania buscaba profundidad con su conocida paciencia y el buen juego en el medio, pero no podía descuidarse porque enfrente estaba Argentina. La búsqueda de pelotas paradas y el no cometer errores eran la moneda corriente en esos minutos. El partido era bueno aunque no vistoso.
El error llegó. Una mala salida alemana, la pelota que va hacia el área de Neuer y le queda a Higuaín que no pudo capitalizar esa falla. Los roles parecían haberse invertido, porque era Alemania el que volvía a tener el balón y Argentina, bien parado en sus últimas líneas, esperaba la contra. Y llegó con un buen pase entre líneas de Lavezzi que lo encuentra al "Pipita" y éste define. Estaba invalidado por fuera de juego y era así.
Seguían 0-0 pero se lo veía al equipo de Sabella más decidido y más adelantado en el campo.
Romero respondió bien ante un ataque teutón y, a los 39´, Messi tuvo su oportunidad, pero lo cerraron justo y se desvaneció una nueva posibilidad.
Terminó un primer tiempo que fue parejo, muy cerrado, en el que se esperó más el error rival que buscar las posibilidades propias. No arriesgaron mucho aunque las más claras fueron argentinas.
Los segundos 45´ mostraron una apuesta fuerte del técnico de la nacional: Entró Agüero en lugar de Lavezzi. Buscaba más profundidad en el área rival porque Alemania mostraba algunos inconvenientes a la hora de defender en el centro, no así en los laterales. Pero Agüero no estaba en plenitud física y no fue determinante.
Así y todo, Argentina empezó mejor que Alemania el complemento y lo tuvo el mejor, Messi, que no le pudo entrar como él sabe y la pelota se fue cerca del palo con un Neuer derrotado.
En los primeros 15´ de esa etapa, es en la que se observaron algunos errores de ambas partes. Como continuaban con el libreto establecido, no se creaban situaciones límites de riesgo y todo volvía a ser un juego táctico en la mitad de cancha.
Una pelota profunda hacia el área alemana, hizo que Higuaín fuera a buscarla, sin dejar de observar el balón, y llegó el empellón del arquero para despejar. Lo hizo, a costa de una fuerte acción que dejó tendido al delantero argentino y la sensación de un penal no cobrado.
Si lo vemos desde el punto de vista de lo fuerte de la acción, hubiese estado bien la sanción de un penal. Si lo vemos desde el punto de vista del juego, que es de fricción, son acciones que ocurren. La decisión del árbitro estuvo correcta en no cobrar, pero errada en considerar falta del delantero. O era penal, o no era nada. ¿Pero falta de Higuaín?...ni parecido.
Si lo juzgamos desde el punto de vista reglamentario, se podía cobrar penal por el uso desmedido de la fuerza; pero también, seamos justos, el italiano Rizzolli omitió una falta de Rojo, con camiseteo incluído, a Höwedes dentro del área.
Era el momento de presionar porque Alemania hacía "agua" en algunos sectores; pero el físico no respondía. La "improvisación" argentina, esa que hace diferencias, tampoco aparecía, y el partido se iba diluyendo sin grandes alternativas.
Muchos criticaron el ingreso de Palacio por el "Pipita", pero obedeció a abrir más la cancha y a meterlo a Agüero más en el área para dialogar con Messi, muy solo hasta ese momento. Con Gago por Enzo Pérez, intentó una salida más limpia desde el medio hacia adelante, pero la contención del equipo de Löw volvió a responder.
Se terminó el partido, los 90´ reglamentarios, y al alargue.
Apuntó Alemania y respondió bien Romero en el primer segmento del suplementario. El rostro de preocupación de Sabella remitía a la resistencia física de los jugadores (venían de un suplementario desgastante ante Holanda), mientras que el del técnico alemán era por no poder superar el muy buen planteo de la Selección Argentina que lo apuró en esos minutos del alargue. La más clara, a los 7' , la tuvo Palacio que no pudo conectar correctamente ante la salida de Neuer.
Hubiese sido el gol del campeonato; hubiese sido el derrumbe de los teutones.
No se le puede perdonar la vida a un equipo como este de Alemania, que te clava el cuchilo por la espalda cuando menos lo esperás.
En la última parte del suplementario, Alemania salió más decidido, creó algún avance peligroso aunque no arriesgó más de la cuenta. Todos esperaban los penales, pero llegó una pelota al área, sobró al defensor argentino, y ahí estaba Mario Götze, que la paró de pecho y, cuando bajaba, la conectó con su pié izquierdo tomándolo a contrapierna a Romero, decretando el 1-0.
Los últimos minutos mostraron a una Selección Argentina buscando, aunque el cuerpo ya no respondía, y a una Alemania tratando de despejar el peligro de su área. No se pudo, llegó el final y la alegría de los jugadores de Löw.
Nadie puede decir que Alemania no sea un merecido campeón. Lo es. Tampoco se podría decir lo mismo si Argentina ganaba. Nuestra selección fue de menor a mayor y eso es lo que debe ser. Tenemos que rescatar la inteligencia del técnico en los planteos que realizó y la entrega de los jugadores para dejar de lado egos personales y ser un equipo. También se logró.
Götze fue el "man of the match" por su gol en la final. Neuer el "guantes de oro" y no se lo puede discutir. Messi fue el "balón de oro"; merecido también, aunque no lo vimos como hubiésemos querido hacerlo.
Dejar atrás el estigma de ser eliminados en "cuartos", volver a jugar una final después de tantos años, y perder contra quien fue la selección que mejor juego mostró en el mundial, no es poca cosa. Apostemos por esta selección y por aquellos cuerpos técnicos que saben lo que hacen y no vociferan estupideces como otros que tuvimos.
Disfrutemos este logro. Ser subcampeones del mundo en fútbol no es poca cosa.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las imágenes son capturas de TV.
No hay comentarios:
Publicar un comentario