La violencia
presente una vez más en el fútbol argentino. Reprogramaciones absurdas, los
poderosos que influyen más sobre los que mantienen al fútbol en el país.
Dirigentes que declaran una cosa para el público y después hacen lo contrario.
Operativos de seguridad que son más permeables que una remera ballenera bajo la
lluvia y pase de facturas por temas judiciales en el que nada tienen que ver
los hinchas genuinos......Esa es la realidad de nuestro fútbol.
Cuando dos semanas atrás se iba a jugar la primera final
de la Copa Libertadores, hecho histórico por disputarla dos clubes argentinos,
los más grandes y de mayor convocatoria, el país se paralizó. Los habituales
espacios deportivos cambiaron su programación, como si lo único en materia de
deportes fuese esa final, la realidad diaria pasó a un segundo plano y hasta en
los programas de chimentos se hablaba del River-Boca y nada más. Nadie pensó en
que la vida sigue, el resto del deporte nacional también y, mucho más, la
disputa de los restantes campeonatos. Esta es una final internacional y, se
supone, nada tiene que ver con el fútbol vernáculo. Pero en Argentina nada es
como debe ser.
Un detalle que a algunos se les escapó (tal vez no pero
tiene peso) es que durante la venta de entradas y todo el trasfondo que ello
conlleva, se realizó un allanamiento en un domicilio de la ciudad de San
Miguel, Prov. de Buenos Aires, en el que se encontró 300 entradas para la final
en el Monumental y 7 millones de pesos. Según comprobaron le pertenecían a uno
de los jefes de la barra de River, “Caverna” Godoy, a quien sorpresivamente no
detuvieron. Y esa puede ser una punta de los sucesos ocurridos en las cercanías
del Monumental con la agresión al micro que transportaba a los jugadores de
Boca Juniors.
El sábado 24, desde horas tempranas, se paralizó la
ciudad por el operativo de seguridad (¿de seguridad?) y los que llegaban a la
cancha eran revisados por distintos cordones de policías. ¿Qué pasó?. Cuando el
micro que llevaba al equipo visitante a la cancha pasó –nadie sabe por qué-
entre cientos de hinchas de River, una lluvia de piedras cayó sobre el rodado,
se rompieron cristales y se lesionó a un par de jugadores. Otra vez la
violencia, la incertidumbre sobre el juego y una final suspendida. Conmebol
querían que jugaran, pero nadie estaba en condiciones de hacerlo. Partido
suspendido y nadie sabía si se jugaría algún día por más comentarios que se
hicieran. Algunos justificaron la agresión, otros seguían esperando el partido………Como
era de esperar, nadie se hizo cargo. Nuevamente una vergüenza a nivel mundial.
Una vergüenza colectiva, que se hizo eco en los
principales medios informativos del mundo y que abre un gran interrogante sobre
nuestra sociedad. A muchos les puede convenir un estado de violencia, a los
ciudadanos verdaderos que nos manejamos dentro de la ley, no.
Conclusión: La sociedad argentina está enferma. Es
intolerante. Inventamos “negociados” para beneficio de algunos y perjuicio de
otros. No somos capaces de organizar un megaevento, un espectáculo deportivo,
ni alguna otra cosa como corresponde. Por momentos pienso que somos inútiles
para todo servicio y que esta sociedad va muriendo día tras día,
independientemente de gobiernos, dirigentes u organismos. Somos un fracaso total.
Suelo preguntarme si alguna vez podremos comportarnos
como seres humanos, como individuos civilizados y empujar la carreta que
tenemos como país hacia al mismo lado sin que se roben las ruedas o algún otro
componente en el camino. Somos patéticos. No nos merecemos una final así, que
tendría que haber sido una fiesta, ni salir del pozo en el que estamos sumidos.
Además nadie parece tener la capacidad para encausarnos en el camino.
Es duro decirlo y escribirlo. Estoy demasiado
sensibilizado y, como se dice comúnmente, “muy caliente”. A muchos les van a
molestar estas líneas pero, lamentablemente, es la realidad. Solo encuentro
como posible solución cerrar los estadios, suspender los campeonatos, suspender
a los clubes argentinos del concierto internacional del fútbol y aplicarles
duras sanciones. Lo lamentaré, miraré campeonatos de bolita o de póker…..pero
esto ya no da para más. Una última pregunta: ¿Y si usamos esa inteligencia para
armar despelotes en algo positivo para el país?. Por ahí conseguimos avanzar un
paso adelante como sociedad.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google para ilustrar la nota.
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