Una vez más el fútbol de ascenso se vio opacado por un hecho de violencia. Un hincha de Deportivo Maipú arrojó un proyectil al campo de juego e hirió al arquero de Tristán Suarez, por lo que el árbitro tuvo que suspender el partido.
Deportivo
Maipú ganaba y se ilusionaba con sumar de a tres luego de no poder hacerlo en
los últimos tres encuentros. Y siempre aparecen los inadaptados de siempre, los
tarados delincuentes disfrazados de hinchas, que antes de finalizar la primera
etapa, agredieron al arquero de Tristán
Suárez, Cristian Correa, tirándole una bengala cuando estaba
por sacar desde su arco, la que le produjo un hematoma y quemaduras.
Los
médicos ingresaron rápidamente a atenderlo. Luego de varios minutos en el
suelo, el guardameta se levantó e intentó seguir. Sin embargo, tenía evidentes
muestras de dolor y no pudo hacerlo: se fue del estadio en ambulancia. Ante
este panorama y luego de ver el proyectil, el árbitro habló con las fuerzas
policiales, que no dieron garantías, luego con los capitanes, y decidió
suspender el partido.
José
Carreras, el árbitro, actuó perfectamente según los reglamentos vigentes que no
siempre se cumplen o se los acomoda según las conveniencias. El mismo expresa
que ante la caída de proyectiles al campo de juego desde la triubuna, el
partido debe suspenderse transitoriamente hasta que haya garantías para
continuar, y si éstos impactan en jugadores, árbitros o auxiliares el encuentro
debe suspenderse.
Por fin alguien que lo entendió –por el árbitro-. Esperemos que el tribunal piense lo mismo y sancione como debe sancionar. En caso contrario seguiremos sumidos en este desastre que mucha gente en el fútbol mantiene cubierto para beneficios de unos pocos y perjuicio de muchos más a los que nos gusta el fútbol.
Alfredo Nicolás Armiento
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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