Independiente Rivadavia de Mendoza y Gimnasia de La Plata son dos de los equipos que están peleando por cosas importantes en la Primera B Nacional. Aunque el primero mantenga la premisa de escaparle al descenso y el segundo busque con ansias el campeonato, ambos poseen el mismo sueño: ascender a la Primera División.
Al inicio de la temporada 2012/13 de la B Nacional, pocos hubieran creído que la lepra mendocina y el tripero de La Plata estarían peleando palmo a palmo por el campeonato. Es cierto que recién van pocas fechas y que apenas suman 16 unidades, pero el hecho de ser los únicos invictos del torneo (al menos hasta que jueguen sus próximos cotejos, ante Almirante Brown y Rosario Central respectivamente) es más que destacable.
Mientras que los dirigidos por Claudio del Bosco suelen jugar con un 1,3,4,3; Pedro Troglio siempre para a su equipo con un 1,4,4,2. Esto no significa mucho, porque cualquier sistema táctico es válido sí se consigue el objetivo de ganar y, fundamentalmente, gustar. Pero, eso sí, marca una idea sobre lo que quieren ambos equipos.
Gimnasia empezó el certamen con la premisa de conseguir uno de los ascensos a la A, porque ya es su segunda temporada en la primera categoría del ascenso y su regreso a los primeros planos no puede esperar. La Comisión Directiva decidió mantener el cuerpo técnico y tirarse de cabeza al título, ese que en la previa se esperaba que disputara con Central. Como el canalla transita un momento bastante irregular, el conjunto de La Plata tiene el camino un poco más despejado.
Sin embargo, los equipos que son mal llamados “chicos” tomaron la posta de pelear en los puestos de vanguardia. Uno de ellos es Independiente, que en realidad está disputando dos torneos al mismo tiempo. Por un lado, busca sumar la mayor cantidad de puntos para escaparle al descenso; por el otro, al obtener dichas unidades se puede dar el lujo de estar en los puestos de vanguardia.
El sábado 29 de septiembre, se recuerda, la lepra y Gimnasia se vieron las caras en el estadio Bautista Gargantini de Mendoza. Y, aunque hubo chances de gol para los dos, solo pudieron empatar 1-1. Se notó que prefirieron cuidar el punto que los mantendría (temporalmente) en la cima, más que arriesgar y perderlo todo. Walter García puso el 1-0 para el local a los 26 minutos del primer tiempo, con un buen tiro libre; mientras que Omar Pouso igualó las cosas de cabeza, tras un centro que Nicolás Cabrera envió seis minutos después.
Pedro Troglio va sumando dudas fecha tras fecha
El segundo tiempo generó que Independiente buscará un poco más, sin éxito; mientras que la visita se plantó muy bien en defensa. El empate fue justo y permitió que la lucha por los tres ascensos siga pareja para todos.
Es que Gimnasia e Independiente deben luchar con varios equipos, que en la previa no aparecían como candidatos: El sorprendente Crucero del Norte y el duro Sarmiento son solo dos de ellos. Por eso, aún no se puede hablar de que tengan el camino despejado. A su vez, hay otros conjuntos como Olimpo de Bahía Blanca, Banfield (tiene un partido menos) o el mismo Central (10), que a pesar de intercalar victorias con derrotas siguen a la expectativa de lo que pueda pasar más adelante.
Por otra parte, y como ya es costumbre, hay que hablar de la violencia en el fútbol. En el partido que el taladro y Huracán disputaron en el estadio “Florencio Sola”, el domingo 30 de septiembre, el árbitro Silvio Trucco fue golpeado con una piedra por la parcialidad del globo. Resulta que había cobrado un penal para el local, que en realidad no fue, lo que generó que un cobarde hiciera justicia por mano propia y detuviera el encuentro por algunos minutos. Cuando el mismo se reanudó, el juez volvió hacia atrás con su fallo y decretó un tiro libre para el equipo que dirige Daniel Garnero, en vez del penal original.
Sinceramente, es muy triste como están matando al fútbol argentino. La violencia ya es algo común y parece que no tuviera solución, al menos en el corto plazo. Es hora de que se implemente un plan para desterrar a los barrabravas y a los violentos de las canchas, porque sino será muy tarde para lamentos...
Nicolás Souto
No hay comentarios:
Publicar un comentario