(cuento de José L. GALOPPO)
Si él hubiera podido estudiar, sería un gran periodista deportivo. Miraba mucho fútbol, siempre escuchábamos en la Noblex Carina de casa a "La oral deportiva Edmundo Campagnale", obviamente también "Aquí Chacarita". O compraba Goles, el Gráfico, la sexta de Crónica o La Razón para ver los resultados. Los sábados a la tarde era una fija ver pelear a Monzón o a Galíndez, y los domingos a la mañana ver las carreras de Reutemann… y cuando ganamos el mundial 78 nos abrazamos frente a la tele… Pero si algo hubo de especial, fue cuando después del mundial de fútbol, se hizo en San Juan el mundial de hockey de patines…
Y fue especial
porque mi viejo era mendocino, y llegó a Buenos Aires para hacer la colimba y
luego se quedó a trabajar. Y en esa selección había 5 sanjuaninos, 3 mendocinos
como él y 2 porteños (el cuervo Trivisonno y el quemero Peña).
Los partidos
los transmitía Canal 2, cuando estaba en La Plata, no era América y se veía a
rayas… así que todas las noches tenía que ajustar la antena de la tele para que
se viera bien. Y nos poníamos él y yo frente al televisor durante diez noches
seguidas. Y cuando le ganamos a España la final gritamos y lloramos más que con
el 3 a 1 a Holanda…
Si pudiera iría a San Juan a abrazar a los Martinazzo, Andino, Coria y Agüero; o a Mendoza a hacerlo con Briones, Maldonado y Rubio o me acerco a abrazar a Peña y Trivisonno. Porque ellos le dieron a mi viejo el último festejo de su vida, porque a los pocos días falleció de un infarto y porque desde ese día, ya no hubo más festejos en mi vida…"
José Galoppo
Nota: Las fotos son de Google para ilustrar la nota.
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