Esta es la historia real de un hombre nacido en los bajos fondos, crecido en la bronca, que no pudo evitar su destino y murió en su ley.
César
Abel Romero nació en Merlo el 25 de junio de 1955. Fue uno de los siete
hijos de Servando Romero, ferroviario y ex jugador de Midland, y Ramona
Albornoz. Criado en la pobreza, trabajó en diversos oficios: chapita, sodero,
repartidor y hasta caddie; y en sus ratos libres jugaba al fútbol y simpatizaba
con el equipo en que su padre había jugado: Midland.
Sin
embargo, él y sus hermanos cayeron en las malas juntas, y a los 11 años fue
preso por primera vez, y a los 18 fue a parar a la cárcel por robar un
depósito. Fue en los muros de Mercedes, Olmos y Devoto donde se aplicó tatuajes
en todo su cuerpo y donde, para sobrevivir, comenzó a boxear.
Fue un
muerto en uso de licencia, diría Eduardo Galeano, pues a los pocos días de
salir de Devoto, en marzo de 1978, el pabellón donde se encontraba fue
escenario de un incendio y una masacre de reclusos narrada por el Indio Solari
en "Pabellón séptimo".
Ya en
libertad, inició su carrera amateur que tuvo 33 peleas, formó pareja y tuvo dos
hijos. Tres años después, en 1981, debuto como profesional alternando victorias
y derrotas hasta que el 30 de julio de 1983, en el Luna Park, derrotó al
favorito y aspirante a campeón mundial José María Flores Burlón en un combate
increíble, ante los ojos de sus vecinos que fueron a alentarlo.
Tras
esa victoria, todos comenzaron a hablar de ese muchacho con el cuerpo
Entintado, cuyos padrinos eran Carlos Bilardo, Raúl Gámez y Hugo Basilotta.
Tras esa victoria, todos lo llamaban la Bestia.
En
1984, viajo a Montecarlo para buscar el pasaje a Las Vegas y pelear con el
indiscutido rey de los 79.378 niños, Michael Spinks. Pero no pudo vencer al
venezolano Fulgencio Obelmejias. Allí tal vez supo que ya no era nada… y volvió
a las malas juntas.
Nueve
días después, murió en un tiroteo con su hermano y dos cómplices en Isidro
Casanova.
Seguramente
allí habrá pensado lo que años después cantaría el líder ricotero: "Nadie es capaz de matarte en mi
alma…"
José Galoppo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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