LUIGI MERONI: LAS MARIPOSAS SON LIBRES
"Yo sólo quiero ser libre. Las mariposas son libres. La humanidad no puede negar a Harold Skimpole lo que concede a las mariposas"
Charles
Dickens
La siguiente es la historia de un muchacho nacido en la pobreza, surgido en los bajos fondos del calcio, que trascendió los límites del fútbol y se fue muy pronto.
Luigi Meroni, también
conocido como Gigi, nació el 24 de febrero de 1943 en Como, en medio de la
segunda guerra mundial y en una familia de etnia gitana.
Crecido en la
pobreza, comenzó a jugar en el oratorio y no tardó en llegar al club de
su ciudad (donde también surgieron entre otros Wierchowod, Paolo Rossi y
Zambrotta) donde debutó, en la división de ascenso del Calcio, a los 18 años de
edad. Su gran nivel lo llevó al Génova (el decano del fútbol peninsular). Y
allí lo vio el maestro Nereo Rocco, técnico del Torino, quien convenció a él y
a los dirigentes para llevarlo al club granata en 1964.
Fue en el Toro
donde alcanzó su esplendor. Era un 7 talentoso, mezcla de George Best,
Houseman, Garrincha, Corbatta y Sivori, que no tardó en llegar a la Nazionale y
jugar el mundial de 1966, y ser un dolor de cabeza para su técnico Edmondo
Fabbri por su inconformismo y rebeldía.
Pero además era
talentoso y excéntrico fuera de la cancha: pintor, poeta, amante de los Beatles
y vivía en pareja con una bailarina. Por eso lo apodaron "Farfalla",
que quiere decir mariposa, por su colorido.
El 15 de octubre
de 1967, murió atropellado en la calle luego de jugar un partido, a los 24
años. Su tragedia fue una más que tiene el popular club turines, y lo peor de
todo es que 30 años después, quién lo mató (accidentalmente)... Fue presidente
del Torino.
Su muerte afectó
a la hinchada y a los compañeros (sobre todo al argentino Néstor Combin, quien
se había hecho amigo), pero su memoria permanece viva.
En estos días,
hubiera cumplido 78 años.
José Galoppo
Nota: Las fotos fueron obtenidas de Google.
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