Nuestro camino recorrido.....

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Tres de Febrero, Prov. Buenos Aires, Argentina
Nacimos hace 32 años por la pasión que nos unió con el fútbol de ascenso. Fue un largo camino recorrido donde no todas fueron buenas, pero le hicimos frente a las adversidades y seguimos en el aire. En nuestro espacio vas a encontar a todos los que comparten esta extraña pasión pero no verás jamás a aquellos "personajes" que se creen dueños de instituciones y utilizan métodos antisociales para creerse importantes ni a sus "padrinos", que los usan para determinados fines y luego no saben como manejarlos. Para aquellos que lejos están del "glamour" de la primera división y del dinero de "fútbol para todos"; para aquellos clubes pobres de corazón grande; para los que semana tras semana dejan cosas suyas para seguir sanamente los colores de su alma y para todos los que se identifican con el "viejo fútbol de los sábados"......Sí, para ellos, va dedicado nuestro programa radial y, ahora, nuestro blog. Gracias.

jueves, 3 de diciembre de 2020

TRISTEZA……

Tristeza. Tristeza por todos lados; por dónde se lo mire y por dónde se lo analice.

Tristeza por lo que ocurrió antes, durante y después del fallecimiento del futbolista más grande que el mundo vio durante casi 20 años.

Falleció Diego Armando Maradona. El mejor futbolista que quien esto escribe vio en una cancha de fútbol. Remarco: solo en una cancha de fútbol.

No soy simpatizante de Argentinos Juniors ni mucho menos de Boca. Tampoco de Nápoli pese a mis raíces y co-ciudadanía italiana. Pero lo disfruté en la cancha. Lo ví hacer cosas imposibles con una pelota en el campo de juego y aplaudí, como muchos, incluso jugadas y goles en contra de mis equipos.

Lo disfruté, y mucho, en quel mundial juvenil de 1979 en Tokio, madrugando más de la cuenta para ver los partidos en directo. Grité y festejé como un loco en el mundial de México en 1986, me extasié con sus juagadas en la cancha y ni que hablar con el gol a Inglaterra en épocas muy particulares para nosotros los argentinos. Incluso lo disfruté en Italia 90 por el valor y coraje para seguir jugando cuando las lesiones y los golpes recibidos le hubiesen hecho decir “basta” durante los partidos…..Pero él siguió.

Magnifiqué a Diego Maradona , lo idolatré, pero siempre dentro de una cancha de fútbol. Como el gran jugador que fue. No es de mi competencia analizar sus pasos afuera de un campo de juego aunque sí he manifestado en algunas ocasiones que me parecía asqueroso y un pobre tipo cuando no tenía una pelota entre sus pies.

Y comencé escribiendo “Tristeza”. Tristeza antes del desenlace, por cierto previsible si se lo analiza detenidamente, y por la imagen del otrora mejor jugador que vi el 30 de octubre, fecha de su cumpleaños número 60 y del reinicio de la ahora Liga Profesional de Fútbol. Casi a la fuerza sacaban al máximo ídolo del fútbol de un auto; casi arrastrándolo lo llevaron hasta ponerlo delante de un cartel de publicidad. Él parecía no entender nada. Luego aparecieron dos tipos haciendo rostro: Marcelo Tinelli y Claudio “Chiqui” Tapia, para sacarse unas fotos, entregarle unos regalos y decirle al oído vaya a saber qué cosa. Después a jugar al fútbol como si nada y a otra cosa. ¿Y el Maradona ser humano que necesitaba recuperarse?. Bien, gracias.

Cayó la internación, la operación y los cuidados post operatorios que, al parecer, fallaron. Ese “durante” y sus palabras, o mejor dicho un pedido, el  poder ver a todos sus hijos juntos, algo que lamentablemente no pudo ser realidad, hacían presagiar un final doloroso, casi irremediable. Y no tardó mucho: el ídolo se fue. Se nos fue a todos realmente. Pero mucha más tristeza me dio el “después”.

El accionar de funcionarios gubernamentales, y no hablo de cuatro de copas o perejiles, que quisieron adueñarse del cuerpo de Maradona. Decidieron usar su cuerpo para beneficio político, para evitar que “los que no piensan como ellos” aparecieran en cámara junto al féretro. Y se eligió la Casa de Gobierno para el velatorio. Poco importó lo que pensaran o dijeran sus familiares directos. Debía ser allí.

Desde mi punto de vista hubiese sido mejor el edificio de la calle Viamonte al 1300, sede de la AFA, a la que tanto le dio Diego Maradona. O en el predio de Ezeiza, amplio, para respetar el distanciamiento social vigente y con una cancha de fútbol donde Maradona era feliz. O “la Bombonera”, que fue ofrecida, o el estadio de Argentinos Juniors, que lleva su nombre y desde donde creció futbolísticamente al mundo.

Además se permitiría la presencia masiva de la gente y de los hinchas de fútbol principalmente. Otro gran error ya que si pensaban que los barras (que eran los que estaban allí) iban a portarse bien, a mantener la distancia social, a respetar las reglas y rendir sentido homenaje al ídolo, se equivocaron totalmente. Y pasó lo que pasó y todos lo vimos. Un absurdo; una película de terror. Por momentos me pareció ver aquellos levantamientos de los años 70 y 80 en países africanos buscando revelarse contra los dictadores y buscando su independencia. Gases lacrimógenos en la Casa de Gobierno, con las autoridades adentro. Parecían las tribunas de la cancha en plena pelea de barras y todo lo que quieran imaginar. Para peor, los créneos que idearon esto para obtener un rédito político le echaron la culpa a otros, como siempre, e incluso a la familia de Maradona. Diego les hubiese dicho: “Se les escapó la tortuga”.

Maradona solo tuvo paz y felicidad adentro de una cancha de fútbol; con la pelota entre sus pies y sentenciando con goles a algún arquero rival. No la tuvo en su vida, ni siquiera después de muerto. Las últimas 24 horas mostraron al mundo lo incapaces que son los dirigentes que deben llevar adelante a este bendito país en el que vivimos. Le mostraron al mundo que ni siquiera somos capaces de despedir y homenajear a uno de los máximos ídolos de nuestro deporte y del fútbol mundial.

Velorio y amontonamiento de gente en “la Rosada”, sin respetar las reglas impuestas por la autoridad sanitaria nacional y sin importar si se contagian de covid-19, no importa, todo bien. Un pase libre. Ahora, el reactivar la economía, permitir actividades deportivas plenamente, reabrir escuelas para educar a niños y jóvenes es mala palabra; eso no se puede, está prohibido.

Lo cierto es que al “barrilete cósmico”, como lo bautizara el otrora relator uruguayo, se le cortó el hilo; se volo; se fue. Quedó un vacío en el mundo futbolero y también una “caprichosa N° 5” llorando de tristeza y ya lo extraña.

Ojalá puedas descansar en paz, Diego Armando Maradona. Y encuentres esa paz junto a Doña Tota y Don Diego que seguramente te están esperando.

Te doy las gracias eternas por la magia que me regalaste y me dejaste ver en una cancha de fútbol. Del resto mejor no hablemos porque ahora no viene al caso. Que descanses en paz Diego Armando Maradona.

                      Alfredo Nicolás Armiento

Nota: Las imágenes fueron obtenidas de Google.

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