VICENTE GIARDULLO:
EL GRAN CAPITÁN ROJINEGRO
Vicente Giardullo, nacido en Caserta (Italia), como
Vincenzo Giardullo el 7-10-1947, llegó al país de niño y aquí creció y se
convirtió en el gran capitán y símbolo de Defensores de Belgrano de los 60, 70
y 80. Fue uno de los pocos futbolistas del mundo que solo defendieron una
camiseta. Y el Tano, como le decían, lo hizo con honor y dignidad a lo largo de
15 temporadas entre 1968 y 1982.
Considerado el heredero de otra gloria dragona, Rodolfo
César Chiti, el italoargentino debutó el 7-12-1968 ante Arsenal de Sarandí. En
sus primeras temporadas compartió el puesto con Juan Carlos Gigli y Héctor
Notaris, y recién en 1972 se afirmaría como titular, logrando ese año el
ascenso a Primera C con aquel equipazo aún recordado en Núñez. Compartió la
zaga primero con Morcillo, Gigli y Notaris. Luego con: Montero, Iélamo, Seuve,
Rodríguez, Imaz, García y Montenegro. Teniendo en el arco a Alfredo Anhielo,
Juan Carlos Sambucetti y Luis Kadijevic.
No era lo que se dice un jugador técnico ni brillante,
pero lo compensaba muy bien con su humildad, su entrega, su fortaleza y su
despliegue.
A poco de cumplir 35 años, el 13-11-1982, se despidió del
fútbol contra Talleres (RdE). Había jugado 372 partidos y marcados 11 goles,
desglosados de esta manera:
1968 – 1, 1969 – 0, 1970 – 2, 1971 – 11, 1972 – 33, 1973 –
30, 1974 – 36, 1975 – 36, 1976 – 42, 1977 – 36, 1978 – 34, 1979 - 34 , 1980
– 37, 1981 – 36 y 1982 – 4.
Solo fue superado en presencias por Rodolfo Chiti, su
maestro, y por Hugo Rodríguez, su compañero de zaga muchos años. Cabe destacar
que Giardullo solo fue expulsado dos veces: contra Temperley en 1973 y contra
Argentino de Quilmes en 1980, y que entre 1976 y 1980 jugó 200 partidos
consecutivos en el primer equipo. Récord absoluto en el Dragón.
Defensores de Belgrano 1973
Además del ascenso en el 72, con Defe fue tercero en la B
en 1973 y cuarto en 1977, aunque debió pelear la permanencia en 1976, en el
hexagonal de la muerte.
Vicente "el Tano" Giardullo nunca jugó en
primera división, ni en la selección ni en Europa al igual que otros símbolos
del ascenso, pero al igual que otros, se convirtió en un símbolo del fútbol del
ascenso en general, y del pueblo rojinegro de Núñez en particular.
Fuente: nota de Javier Bava (prensa CADB).
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